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Carlos Pérez Gimeno

Carlota Casiraghi y el brasileño

El viaje relámpago de Carlota Casiraghi para presentar la exposición del Thyssen contó con la presencia de un inesperado espontáneo.

La hija de la princesa Carolina de Mónaco hizo un viaje relámpago a Madrid con el fin de amadrinar la exposición "El arte de Cartier", en la que se recogen más de 400 piezas de alto valor, y en las que se puede apreciar alhajas como el famoso flamenco de rubíes, esmeraldas, diamantes y zafiros que perteneció a la duquesa de Windsor, o un collar de brillantes de la princesa Gracia de Mónaco. Tampoco faltan entre las piezas expuestas la sortija con la que le pidió la mano el príncipe Rainiero, de un solo diamante de 10,48 quilates, y el también famoso collar de la actriz mejicana María Félix, compuesto de dos cocodrilos de platino, brillantes y esmeraldas, ni el collar de diamantes y rubíes que perteneció a la actriz Liz Taylor. Y no nos olvidamos de la fabulosa tiara que adquirió el rey Alfonso XIII como regalo para la que fuera su esposa la reina Victoria Eugenia, de diamantes y perlas, una pieza que era la única que no estaba permitido fotografiar.

La presentación corrió a cargo de Bernard Fornás, presidente de Cartier Internacional, y la Baronesa Thyssen, entre otros. Después de la conferencia de prensa estaba prevista la aparición de Carlota, que lo único que hizo fue posar delante de las cámaras. El momento fue aprovechado por un individuo desconocido para aparecer en la foto, con la lógica sorpresa para todos los que allí nos encontrábamos, ya que consiguió burlar a todos los miembros de seguridad. La baronesa le miró con extrañeza, y al instante se lo llevaron. El fulano en cuestión, según se comentó después, era un brasileño canapero que se dedica a colarse en eventos. La verdad es que lo hizo muy bien, y sin molestar a nadie se colocó en la foto. Cuando llegó la seguridad no se resistió en ningún momento, pero eso si, el servicio de protección quedó a la altura del betún.

La princesa Carlota casi ni se enteró de lo sucedido, o al menos lo disimuló muy bien,. Apareció vestida de la firma italiana Gucci, de la que es imagen, y estaba realmente guapa, con un unos pantalones anchos negros, jersey beige, sandalias, y pelo recogido. No hizo ninguna declaración para los medios, desapareciendo para ir a visitar la exposición y así contemplar las piezas que pertenecieron a su abuela.

Una vez terminada la visita, se le pudo ver en diferentes tiendas por el barrio de Salamanca, Zara entre otras, pero no en las exclusivas de la calle Ortega y Gasset.

Por la noche, en la cena privada que se organizó con motivo de la exposición, estaba realmente guapa con un vestido largo en tonos tostados. A la misma asistieron entre otros Mar Flores, que lució un collar de brillantes haciendo juego con sortija y pendientes (espectaculares) o Nieves Álvarez, ésta con traje negro y blanco de Juanjo Oliva y acompañada por su marido Marco Severini. También estuvo presente Carla Royo-Villanova y Estrella Morente, con Javier Conde entre otros, que aprovechó para ofrecer un magnifico concierto que dejó encantados a todos los asistentes. La única que se lo perdió fue Carlota, que fue la primera en abandonar el museo, lugar elegido para la cena.

Se desconoce por el momento sí el brasileño también asistió acompañando a una de las invitadas y así lograr hacer la jornada completa. 

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