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Fray Josepho y Monsieur de Sans-Foy

Tunearse el cuerpo

¿Están ustedes a favor de arreglarse el cuerpo? ¿De añadir aquí y allá? ¿De quitar de acullá? ¿De perfilar esto? ¿De engrosar aquello?

¿Están ustedes a favor de arreglarse el cuerpo? ¿De añadir aquí y allá? ¿De quitar de acullá? ¿De perfilar esto? ¿De engrosar aquello?

¿Están ustedes a favor de arreglarse el cuerpo? ¿De añadir aquí y allá? ¿De quitar de acullá? ¿De perfilar esto? ¿De engrosar aquello?

Pues justamente este es el tema que han elegido nuestros dos poetas. Fray Josepho se ha mostrado a favor de los tuneos corporales, en sextinas rubenianas, y Monsieur de Sans-Foy, en cuadernas vías de sabor medieval, se ha pronunciado en contra.

Léanlos y opinen.

A FAVOR
por Fray Josepho

Volúmenes, grosores, esféricas turgencias,
pletóricos pináculos de las circunferencias,
sintéticos apoyos para la seducción.
Protéticas imágenes recauchutadescentes,
vivíficos socorros, refuerzos emergentes,
espléndidos prodigios de la restauración.

Portentos milagrosos que urde el intelecto,
que cambian la silueta, que mudan el aspecto,
y tornan epicúreos al hombre y la mujer.
Abrámonos, sin trabas, a tales adelantos;
salvemos de la ruina pretéritos encantos
que estaban marchitándose y echándose a perder.

Loor a los colágenos que, con las siliconas,
arreglan los desplomes de piezas pendulonas
y nos primaverizan en la época otoñal.
Loor a los avances quirúrgicos y químicos,
que elevan, con las carnes, los hálitos anímicos
y ofrecen una prórroga del término fatal.

Y mientras que no pueda salvarnos de la muerte,
dejemos a la Ciencia que al menos nos injerte,
nos llene, nos restaure, nos zurza un poquitín.
Que allá al final espera, fatídica, la Parca;
las aguas del Leteo, Caronte con su barca,
y la tiniebla hermética del insondable fin.

EN CONTRA
por Monsieur de Sans-Foy

¿Dizes, fratre Josepho, que esas fembras orondas
que se ven por las calles, de caderas redondas,
non las fizo Natura dese modo cachondas...
e que son d’artificio, qual vulgar microondas?

¿Dizes, fratre lascivo, que esas féminas bellas,
tú, que sabes los viçios e los méritos dellas...
en lugar tan sagrado como son las mamellas,
van rellenas de engrudo, qual si fueran botellas?

¿Dizes, fray, que esos belfos d’apariençia glotona,
con que faze morritos qualesquier quarentona,
non los hubo del modo que Natura los dona...
que los fizo con botox, e además, silicona?

La mirada se espanta, la razón abomina
del efeto en las fembras desta nueva dotrina:
Retocar a capricho la factura divina...
e finar como el ogro que gobierna Argentina.

Dizes, fray, (e lo flipo) que hay algunos varones
de lo más enviçiados en aquestas questiones...
¿Non reçelan, acaso, que les saquen cançiones
e les tengan por homos, e además, maricones?

Las muxeres, los homes, son de Dios creación,
y es de libro que deben parescer lo que son...
sin usar de relleno nin tampoco succión:
Con su magro e su veta... como viene el xamón.

En Chic

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