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Un cachorro cambia tu vida

Un nuevo miembro en la familia

Tener un cachorro es un compromiso de por vida, no un capricho.

Tener un cachorro es un compromiso de por vida, no un capricho.

Un botoncito. Un botoncito negro y redondo. Un botoncito con dos pequeños agujeritos. ¿Y detrás? Detrás unos ojitos brillantes, profundos. Una bolita de pelo, regordita y calentita. Pero fue ese botoncito por nariz, esa naricita perfecta lo que se me quedó grabado del día en que mi perro entró en mi vida. El día en que el anhelo de cariño de su mirada y la búsqueda de un huequecito en mis brazos para acurrucarse encontraron un sitio en mi corazón, pero no para ocupar una parte de él, sino para hacerlo más grande.

El día en que cogí por primera vez en brazos a mi cachorro supe al instante que a partir de ese momento mi compromiso, mi papel para ese pequeño ser, sería el de cuidarlo, protegerlo y hacerle feliz. Ese día mi vida y la suya cambiaron.

Esa pequeña bolita de pelo, de culete respingón y de paso tímido y tambaleante llegó a su nuevo hogar asustado. Era un gran cambio para una pequeña cría que había dejado a sus padres y hermanos para estar en una casa llena de muebles enormes, recovecos misteriosos y olores desconocidos. Un nuevo mundo que, en ese momento, no sabía que conquistaría para hacerlo suyo.

Y aquí comienza mi compromiso, y el de todos aquellos que decidan que su vida será mejor con un perro a su lado. Un compromiso para toda la vida.

El primer día en casa

Es normal que los primeros días de nuestro cachorro en casa esté asustadizo, a la par que sea de lo más curioso, que busque nuestro cariño, pero también que le cueste confiar en nosotros. No nos conoce, no sabe dónde está ni por cuánto tiempo. Debemos hacerle sentir lo más a gusto posible y que descubra que el tiempo que estará en su nuevo hogar será toda la vida. Para ganarnos su confianza y que esté tranquilo tenemos que ser suaves y delicados, hablarle bajito, acariciarle, tratar de ponernos a su altura, darle libertad para que vaya descubriendo rincones… ¡y tener mucho cuidado con pisarlo! Ellos son muy pequeñitos, pero su afición por entrecruzarse con nuestros pies, mordisquearlos y seguirnos de un lado a otro es muy grande.

En cuanto a la alimentación, sólo tenemos que elegir un buen pienso para cachorros. Si no quiere comer –esto puede ser simplemente por la tensión del cambio- podemos optar por patés para perros o humedecer un poquito su pienso. No falla. Debe tener siempre agua para mantenerse hidratado. Y los primeros días, especialmente para razas pequeñas, tener azúcar a mano. Son muy nerviosos y una sobreexcitación les puede hacer desvanecerse. Un poco de agua con azúcar es la solución.

El perrito no puede salir a la calle, ni estar en contacto con otros perros ni bañarse hasta que no tenga las primeras vacunas (de esto nos informará nuestro veterinario). Así, lo mejor es enseñarles desde el primer día que tienen que hacer sus necesidades siempre en el mismo sitio, en un papel de periódico o en unas toallitas absorbentes. Aquí, y durante los siguientes meses, será necesario armarse de mucha paciencia y un poquito de psicología.

La primera noche es decisiva. Es quizás uno de los peores momentos para nuestro cachorrito. Ya un poco acostumbrado a nosotros y a su hogar, se verá de repente solo y a oscuras. Recordemos que hasta ahora dormía en compañía de sus hermanos y de sus padres. Los mejores trucos son ponerle en su cunita un peluche, dejar una radio sonando muy bajito o un reloj que le recuerde a los latidos del corazón de su mamá, o algo que a mí siempre me ha funcionado muy bien, una botella con agua caliente envuelta en una toalla para acurrucarse junto a ella. Incluso con estos trucos es probable que se pase la noche llorando. Fuerza de voluntad. Es importante no caer en la tentación de ir a consolarlo. Si ve que los lloros le funcionan para no estar solo, estamos perdidos.

"Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma permanecerá dormida". (Anatole France)

"No existe mejor psiquiatra en el mundo que un cachorro lamiéndote la cara" (Woodrow Wilson )

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