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Aprenden a respetar a un ser vivo

Los niños y sus mascotas, compañeros inseparables

Los conejos son los mejores compañeros para los más pequeños. Además, tener un animal les enseña a responsabilizarse.

Mascotas: Las adecuadas para los niños

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Los conejos son los mejores compañeros para los más pequeños. Además, tener un animal les enseña a responsabilizarse.
Cordon Press

Tarde o temprano llega el momento en que los niños piden una mascota. El primer pensamiento que asalta a los padres es toda la responsabilidad y trabajo que eso les conllevará, es normal, todos sabemos que cuando un animal llega a casa al final quienes se ocupan de él son los padres. Pero, una vez asumido esto, hay otro aspecto fundamental en el que deben pensar y que quizás despeje las dudas iniciales: los beneficios que aporta a los pequeños tener mascotas.

Convivir con un animal contribuye a sensibilizar a los niños con respecto a los demás y a desarrollar la empatía. Además, dar y recibir cariño tiene un efecto muy positivo psicológicamente en los niños. Inculcar en los más pequeños responsabilidades como el cuidado y limpieza de la mascota les hará madurar, aprender valores como el respeto y asumir unos hábitos diarios, entre ellos, por ejemplo, hacer más ejercicio físico.

Todo esto conlleva, asimismo, beneficios para la familia como una unión más fuerte. Para esto es importante que todos estén de acuerdo con la llegada a casa del nuevo miembro de la familia y que cada uno asuma una responsabilidad a la hora de cuidarlo y, sobre todo, de quererlo.

Estos beneficios dependerán del tipo de mascota que elijamos que, a su vez, debe depender de la edad del niño. Animales como los perros, gatos, conejos o hurones pueden ayudarles más con la actividad física o el intercambio afectivo. En el caso de los peces, los pájaros, o las tortugas son perfectos para enseñarles respeto, responsabilidad y compromiso.

La edad recomendada para su primera mascota

Lo primero y más importante que hay que tener en cuenta es que la llegada de una mascota a casa es decisión de los padres. Los niños pueden ayudar, pero no son los responsables. Nunca se debe comprar un animal solo por darle un capricho a un niño. Esto ha de estar muy claro, porque España es líder en abandono de animales y quienes han adquirido la mascota, el ser vivo, son los adultos.

En el caso de los niños muy pequeños, lo mejor es elegir una mascota pequeña y que no requiera muchos cuidados, como un conejo, ya que son animales muy dóciles, hacen compañía y no necesitan demasiado espacio; la cobaya es también muy manejable, son bastante independientes y no requieren demasiados cuidados. A partir de los tres o cuatro años se recomienda que se encarguen de ordenar las cosas de su mascota, de controlar que tengan comida y agua...

A partir de los seis años los niños ya pueden asumir responsabilidades mayores como ayudar en la limpieza de la mascota y sus objetos: la jaulas, los comederos y bebederos, el propio animal... Pero siempre con la supervisión de los padres.

El perro es el compañero de juegos de los niños por excelencia, pero también son las mascotas que más cuidados, atención y cariño requieren: tres paseos diarios, una educación adecuada, espacio, tener un lugar donde dejarlos en vacaciones o llevarlos con nosotros, llevarlos al veterianrio, bañarlos... En definitiva, muchas responsabilidades y obligaciones que un niño pequeño no puede asumir. Por lo tanto, solo se debe adoptar un perro si los padres lo tienen muy claro. Una vez decidido, lo mejor es elegir una raza grande, ya que los perros muy pequeños son más frágiles, lo saben, y por ellos suelen huir de los niños.

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