
Denostada y amada, el largo camino de la barba hasta la historia contemporánea ha supuesto muchos quebraderos de cabeza a hombres que veían cómo avanzaba su edad pero no el grosor de su vello facial. Para algunos puede suponer una inmensa alegría, aunque para otros puede llegar a implicar un pensamiento algo dañino para la autoestima.
A lo largo de la historia, la barba ha estado asociada a diferentes connotaciones sociales. En algunos casos, afeitarla era un símbolo de pérdida de masculinidad o poder; en otros, como en el Antiguo Egipto, llevar barba simbolizaba el duelo por la pérdida de algún ser querido. En la Antigua Grecia, por ejemplo, un hombre sabio debía llevar barba obligatoriamente así, Platón, Sócrates o Aristóteles eran claros ejemplos de este acto social de culto e inteligencia.
Aunque también se han dado momentos históricos en los cuales se prohibió tener barba, a riesgo de tener que pagar impuestos por lucirla. Fue en el siglo XVIII, cuando Pedro el Grande publicó un edicto en Rusia para asimilarse a los vecinos europeos.
El hecho de no tener barba, que salga tarde o que no sea del todo densa o, todo lo contrario, que salga muy temprano y muy poblada hace, en ocasiones, tener dudas a los hombres. Hay una explicación detrás de cada barba y tiene que ver con la genética.
Por qué no todos los hombres tienen barba
La explicación reside en la suma de la genética y la sensibilidad de los folículos pilosos, ¿Por qué son importantes los folículos pilosos? Porque son los que se encargan de elaborar una forma de testosterona superior llamada dihidrotestosterona, que está detrás de todo el proceso de crecimiento del vello.
Así, si los folículos son muy sensibles, procesan mejor la testosterona, por lo que se tendrá una barba más frondosa. De hecho, a diferencia de las creencias populares sobre el afeitado, eliminar la barba no repercute en que crezca mucho más. Tampoco sirven de mucho los productos mágicos para que crezca el vello facial ya que todo el proceso se da debajo de la piel. Por ello, si no crece barba, no hay que preocuparse ya que es algo habitual y no significa una deficiencia de testosterona en el cuerpo.
Aparte, otro de los mitos que han rodeado siempre a la barba ha sido su capacidad para atraer bacterias e infecciones. Nada más lejos de la realidad. Según explican diversos estudios, en cuanto a la proliferación de bacterias en la barba, el cuerpo humano ha sido muy sabio, ya que ha creado folículos con células del sistema inmunológico para defenderse ante el ataque organizado de bacterias.
Factores que determinan el crecimiento de la barba
Pocas cosas hay más atractivas que un hombre con una barba que cubra toda la parte inferior de la cara, y que luzca cuidada y arreglada. No obstante, para llegar hasta este punto hay que pasar por esos estados iniciales que no suelen ser muy cómodos; los primeros pelos pueden producir picores, irritaciones y pueden dar una imagen que no siempre es la que se desea. Es entonces cuando muchos hombres se preguntan cuando pasarán estas fases y podrán lucir esa barba que desean. El problema es que no existe una respuesta universal ya que son muchos los factores que intervienen en ello. Algunos de ellos son:
- Edad
La edad suele estar ligada a la maduración del organismo, y juega a favor, esto quiere decir que a más edad, más probabilidades existen de poder conseguir esa barba frondosa. De hecho, son muchos los chicos jóvenes que deciden dejarse barba, pero observan, con el paso del tiempo, como su cuerpo todavía no puede llevarla a cabo. Cuando esto ocurre, los pelos crecen muy separados entre si, y no adquieren la longitud que se desea para convertirse en una barba homogénea.
Con la edad, los folículos pilosos se activan, y esto necesita, además, de la creación de diferentes hormonas para que el vello facial crezca fuerte y sano y solo la maduración puede conseguir estos efectos. Por tanto, solo la edad cronológica puede potenciar esta maduración. Esto lleva a una gran pregunta: ¿Qué edad es la ideal para dejarse barba? No existe una edad determinada, aunque es cierto que, en general, el organismo adquiere la madurez necesaria para ello alrededor de los 30 años.
- Hormonas
La testosterona es la hormona por excelencia de los hombres. A ella se le debe la masculinidad, y es la responsable de la mayoría de las conductas, sobre todo las sexuales, pero también está detrás de algunos procesos del cuerpo. La barba también tiene mucho que ver con ella. Cuando la testosterona llega a los folículos pilosos se transforma en dihidrotestosterona. Esta hormona es la culpable de la barba, por ello, si el organismo no genera suficiente testosterona para ello, será complicado conseguir la barba frondosa y larga.
- Expectativas
Quizás, una de las primeras preguntas que todo hombre debería hacerse antes de empezar a dejar crecer su barba sería: ¿Cómo quiero que sea? Existen infinidad de tipos de barbas, que se diferencian tanto en forma como en cantidad de vello facial. En función del tipo de barba y la longitud que se desee, se necesitará otorgarle una serie de cuidados: ¿recortarla más, o menos? ¿dejarla crecer hasta que cuelgue, o no? Estas características deben quedar claras a priori, para poder armarse de la paciencia y el tiempo necesarios y llevarlo a cabo de la manera más favorable posible. De no ser así, se puede desistir en el intento y abandonar el propósito.
- Tipo de vello facial
Aunque todos los factores anteriores son importantes para conseguir esa imagen barbuda, puede ocurrir que, en el momento de la verdad, se descubra que el tipo de vello facial no favorece esas expectativas de barba frondosa y larga. Y es que no siempre se puede obtener la barba que se desea. En algunas ocasiones, el vello facial no crece de manera uniforme por toda la superficie, crea surcos o incluso es de otro color que el de nuestro cabello. Por no hablar de los posibles remolinos que sorprenden con las primeras crecidas y con los que no se contaba. Evidentemente, en ocasiones esto no es cuestión de tiempo, ni de maduración. Es cuestión de genética, y por ello, no hay mucho que se pueda hacer. El camino más sensato es la aceptación.
- Paciencia
Dicen que la paciencia es la madre de la ciencia, y en este caso, no existe mayor verdad ya que el crecimiento de la barba necesita tiempo. Tiempo para otorgarle los cuidados que requiere, por eso, cuando uno decide dejar crecer la barba, debe haber pensado en ello. El tiempo dedicado está fuertemente unido a la paciencia. Además de la paciencia para que vaya creciendo el vello en condiciones, también hay que tener paciencia para dedicarle unos cuidados de higiene semanales. Solo así uno se podrá beneficiar del buen aspecto que puede atribuir.
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