
La familia real británica se ha vuelto a reunir en la tradicional Misa de Pascua que se celebra en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor. Acompañado de su esposa, la reina Camilla, Carlos III, más sonriente que nunca, ha retomado su agenda después de ser ingresado hace unas semanas debido a las complicaciones derivadas de su tratamiento contra el cáncer.
Como ya sucediera en 2024, que no asistieron por la enfermedad de Kate Middleton, los grandes ausentes han sido los príncipes de Gales y sus hijos George, Charlotte y Louis, que han decidido no acudir y aprovechar las vavaciones escoalres de sus hijos para descansar en Anmer Hall, tal y como ha indicado la prensa británica.

Quienes no han faltado al tradicional servicio religioso han sido los hermanos del rey, la princesa real Ana y su marido Sir Tim Laurence y el príncipe Eduardo, duque de Edimburgo, acompañado de su mujer, Sophie y su hijo James, conde de Wessex.
Una de las sorpresas de la jornada ha sido la reaparición pública del príncipe Andrés, que si bien no ostenta ningún papel de relevancia sí acude a los eventos familiares de carácter privado, que lo ha hecho acompañado de su exmujer, Sarah Ferguson. Ambos han estado acompañados por sus hijas la princesa Beatriz y su marido Edoardo Mapelli Mozzi y la princesa Eugenia y su esposo Jack Brooksbank.

Tras el servicio religioso, han continuado con otra tradición familiar que es almorzar cordero asado y tomar dulces de chocolate de postre en el Castillo de Windsor, una costumbre que se remonta a tiempos de la reina Victoria.
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