Dicen que Marilyn Monroe representaba el enigma de la personalidad humana pero embutida en el traje de una estrella. El caso de la vicepresidenta de la Generalidad, Joana Ortega, podría representar de alguna manera el proceso contrario, el de una sex symbol embutida en el traje de un político.
La consejera de Gobernación catalana y diputada llamó la atención de los medios allá por 2011, pero no por su excelente aspecto físico y su cabello rubio, sino por un currículum falso. La página de la Generalidad afirmaba categóricamente que era licenciada en psicología, y de momento ese diploma no cuelga en la pared de su despacho. A Ortega le faltan dos asignaturas todavía para terminar la carrera.
La primera mujer en ocupar el puesto de vicepresidenta catalana tuvo que disculparse en su blog, señalando un "error de transcripción", aunque en ese, su propio espacio personal, también figuraba el error, y con el agravante de la primera persona. "Mi trayectoria empresarial y política de más de veinte años ha estado totalmente alejada de la Psicología, y no es mi talante atribuirme méritos que no me corresponden", dijo, dando por hecho que su apretada agenda quizá no le permita acudir a las clases para terminar la licenciatura. La Generalidad modificó la página web donde figuraba el arrebato de titulitis con el que se desmarcan los políticos españoles de cuando en cuando.
A partir de ahí, la sucesora de Carod-Rovira, más reposada en sus exigencias nacionalistas, no se ha despegado de la actualidad vibrante. Necesidades del puesto destacado –ha ejercido de presidenta en funciones- en una comunidad que acaba de exigir como quien no quiere la cosa un rescate incondicional de 5.000 millones. Esta semana acuñó el término "independentismo de reacción" para advertir a Rajoy de que la "prepotencia" del Ejecutivo de España a través de las declaraciones de los ministros Montoro y de Guindos alimenta " la autonomía de un país como Catalunya" y el "sentimiento de rechazo hacia España". Toda una actitud de sex-symbol: te quiero pero no te necesito. Cosas de la política.