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La Casa Real ya no deja que se fotografíe a los hijos de Urdangarín

Las alarmas sobre la felicidad de los hijos de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarín se han disparado, según el Magazine de El Mundo.

Las alarmas sobre la felicidad de los hijos de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarín se han disparado, según el Magazine de El Mundo.

Los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin centran este sábado la atención del Magazine de El Mundo. Al parecer, comienza a preocupar la salud psíquica y el bienestar de los cuatro niños.

"Las alarmas contra el equilibrio emocional de los Urdangarín Borbón saltaron a finales del pasado mes de julio, cuando un fotógrafo captó la imagen de Juan, el mayor de los hijos de la infanta Cristina, que ayer cumplió 13 años, sumergido en un mar de lágrimas sentado en el asiento trasero de un coche que, tres días antes de lo previsto, lo trasladaba al aeropuerto en compañía de sus hermanos. Abandonaba el palacio de Marivent con su madre para trasladarse a Barcelona", así comienza su relato el Magazine para poner el foco de atención en Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene.

Según Anna Alos, autora del reportaje, "la nube de flashes que rodea cada uno de sus pasos comienza a hacer mella en la estabilidad infantil. Lejos queda el anonimato relativo del que gozaban en la capital estadounidense y de la falta de interés de aquella sociedad por las familias reales". Y esto, al parecer, trastorna a los nietos de los reyes, que  habrían perdido la costumbre de las cámaras.

De momento, los recorridos fuera de los muros protectores de su casa son breves. Y es que según Alos, "es incierto que la familia haya abandonado Pedralbes para trasladarse a un chalé en Sant Cugat del Vallés", por tanto todo está a cinco minutos andando del palacete. "El Liceo Francés vuelve a ser el centro elegido para los niños. Es terreno conocido, está a menos de cinco minutos de su casa de Pedralbes, a seis metros de la entrada del RCTB (Real Club de Tenis Barcelona) y también a menos de cinco minutos del trabajo de la infanta Cristina".

"¿Pero no le da vergüenza entrar aquí?"

Lo que no pueden evitar los niños, más allá de los flashes de los fotógrafos, son los comentarios públicos dedicados a su padre. Y ante eso nada puede hacer la Casa Real. "Hace unos días –cuenta el reportaje– Iñaki Urdangarin entró en la casa-club para practicar deporte; una socia lo vio pasar y dijo en voz bien alta: "Pero, ¿no le da vergüenza entrar aquí?"

Y la infanta se preocupa, y mucho. No por ella, sino por sus hijos. La hija de don Juan Carlos está "acostumbrada ella misma a tratar con los medios desde muy pequeña, y consecuente con ser quien es, un personaje de interés público, no huye de los fotógrafos pero exige que respeten las normas de una forma exhaustiva y firme". Al parecer, a partir de este momento, más todavía.

"Si hasta ahora había hecho la vista gorda a que se fotografiara a los niños sin la presencia de adultos, los periodistas y fotógrafos deberán cumplir la ley a pies juntillas en el futuro". En esto la Casa Real la apoya y "así lo ha hecho saber por escrito a diversos medios de comunicación".

Antes niños felices, educados y simpáticos, recuerdan en el Magazine, "hoy reciben miradas de pena y hemos pillados al vuelo alguna frase de patio de colegio. 'Pobrecitos, no tienen culpa de nada'". Poco podrán hacer los fotógrafos ante esos comentarios.

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