Cinco días ha tardado el diario norteamericano The New York Times, en sacarle los colores al monarca español desde que éste decidiera hacer una visita a los responsables del diario en el marco de su gira norteamericana. Su majestad, el rey don Juan Carlos, despachó con los responsables del consejo editorial del diario neoyorquino durante una hora y media. Los medios españoles recogieron este encuentro como un intento de influir en un periódico que ha publicado diferentes reportajes centrados en la crisis que vive España y en los que ofrecían una imagen ciertamente poco favorecedora de la realidad española, basándose en los peores efectos de la crisis. El rotativo hablaba de "hambre" en España.
Este sábado, The New York Times le devolvía la visita al Rey en forma de artículo. A juzgar por el contenido, no debieron entusiasmarse con don Juan Carlos. En el rotativo norteamericano recuerdan la cacería de elefantes en Botswana y también a su acompañante en aquel safari, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de quien también destacan las siguientes declaraciones: "El Rey es un tesoro nacional".
El diario norteamericano, que deja para el final la relación del monarca con Corinna, recuerda que le acompañó en su expedición a Botswana, y la describe como "una princesa alemana, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de 47 años, amante del Rey desde hace tiempo, según la prensa española, pese a que ella lo negó en una entrevista". Dice el diario que Corinna niega que se hubiera "beneficiado de alguna manera de su asociación con Juan Carlos a través de un fondo de inversión". En cualquier caso señala que actúa como "asesora estratégica del Estado español" -sin oposición, cabría añadir-.
La Sra. Sayn-Wittgenstein llegó a decir del Rey que "es un tesoro nacional" y le describió del siguiente modo: "Cuando él entra en una habitación, irradia calidez y carisma y se conecta con todo el mundo. Nadie se salva".
¿De dónde sale su inmensa fortuna?
El primer revés, en el primer párrafo: "Con España sumida en una recesión económica, muchos españoles están cuestionando a su Rey. Fue muy reverenciado por su papel en la transición democrática, pero ahora es objeto de estudio por su lujoso estilo de vida y la opacidad que mantiene sobre el mismo".
Dice el periódico que el Rey llegó al trono de España en 1975 cuando no tenía apenas patrimonio y se pregunta de dónde sale ahora "la sustanciosa fortuna personal" que posee y que el diario valora en 1.800 millones de euros. Junto a esta pregunta, recuerda que el monarca es muy valorado "en los círculos de negocios por cerrar tratos y actuar como embajador económico de su nación" aunque "sigue siendo un secreto la forma en la que ha amasado su sustanciosa fortuna personal".
Llega a decir el diario que "para promover los negocios de España y ayudar a reparar su imagen, Juan Carlos tomó el control este mes de un avanzado helicóptero NH90 durante una visita a una fábrica de Eurocopter en Albacete".
En este sentido, el New York Times habla de que, durante estos años, el Rey ha recibido "yates, una residencia" en Mallorca "y vehículos de lujo que han provocado mensajes cáusticos en Twitter". Además, citan al periodista José García Abad –autor de La soledad del Rey- para decir que al monarca español "siempre le obsesionó construir una fortuna personal".
Sobre su papel en los negocios, llega a relacionar la cacería en Botswana con el contrato que ganó Renfe en Arabia Saudí para construir y gestionar el tren de alta velocidad a La Meca. Él y su "viejo amigo" Mohamed Eyad Kayali, "un magnate sirio de la construcción, habían trabajado juntos en un acuerdo de casi 10.000 millones de dólares. Aprovechando su amistad con el Rey saudí y otros miembros de la realeza, Juan Carlos logró aparcar una oferta francesa" por el mismo proyecto. En cualquier caso, aclara que "los partidarios y asesores de Palacio insisten en que el Rey no recibe comisiones sobre las ofertas en las que media o promociona".
Sin embargo, señala el diario que sobre los regalos que ha recibido don Juan Carlos "en nombre del Gobierno español no hay una lista pública", pero que estos van desde "yates" a "una casa en la isla" –de Mallorca- o "automóviles de lujo". Aunque sí concede el diario que sus partidarios lo tienen como un gran embajador capaz de "suavizar las tensiones" que hubo "entre el Gobierno socialista de España y el Gobierno de George W. Bush" o "resolver conflictos en América Latina".
Iñaki Urdangarín
También comentan que el Rey ha mantenido las distancias durante este año con su yerno Iñaki Urdangarín, incurso en un proceso judicial en el que se le acusa de utilizar una fundación sin ánimo de lucro para "malversar dinero público de eventos deportivos y explotar su influencia real para omitir los procedimientos habituales de licitación".
Como colofón, ante los periodistas del rotativo neoyorquino el Rey admitió que la Corona no es eterna y que continuará mientras "el pueblo quiera una monarquía". Para conseguirlo, conjetura el diario, el Rey ha "intensificado sus apariciones públicas".