La revista Sálvame, de la mano de Ángela Portero, explica la situación. El hijo menor de Paquirri siempre había renegado de su abuelo paterno, pero ahora ha aceptado la herencia, aunque cree que sus hermanos trataban de quedarse con ella.
A primeros de septiembre, los dos hermanos accedieron a una notaría en Sevilla donde iban a ser informados de la liquidación del legado que les corresponde tras la muerte hace tres años del patriarca familiar.
El testamento, explica Sálvame, fue objeto de polémica entre los propios hijos de Rivera al ser voluntad de éste dejar mejorada a su hija Teresa en detrimento de sus otros hijos. Un tercio de libre disposición y el tercio de mejora a Teresa. Por su parte, la legítima se repartió entre tres hijos y los herederos de Paquirri: Francisco, Cayetano y Kiko.
La cantidad legada a estos últimos sería de menos de un tres por ciento de la misma: unos doce mil euros de los cerca de 500.000 a repartir del resto de los herederos. Kiko había asegurado hasta ahora que jamás perdonaría a su abuelo por las duras acusaciones que hizo a su madre tras la muerte de Paquirri y el reparto de su herencia, y dijo que "de mi abuelo lo único que he heredado y heredaré es una enfermedad: la gota".
Kiko renunció, por tanto, a su parte de la herencia pese a la recomendación de sus hermanos. Él hizo oídos sordos, diciendo que su parte se cedería a Fran y Cayetano. Pero para ello era necesario, explica Ángela Portero, que Kiko renunciara por escrito y ante notario al legado. De ese modo, él y Cayetano se dirirgieron a la notaría para rubricar el documento y ser informados de la cantidad a la que renunciaba, que resultó ser 12.000 euros.
En ese momento, Kiko dio un paso atrás y aseguró que antes lo debía leer su abogado. Esto provocó que Cayetano, dolido por la desconfianza, le reprochara su actitud y que pensase que estaba engañándole. Kiko, airado, se levantó y se fue del depacho de abogados. Cinco días después Kiko cambió de idea y fue solo al despacho para firmar el documento. Los hermanos también acudieron, pero por separado. Desde entonces siguen distanciados sin que haya habido acercamiento alguno, según la revista.
Dicen las fuentes manejadas por Pronto, que también publica la noticia, que Kiko "ya no es el chaval agradable y divertido de antaño. Desde que su cuenta corriente empezó a engordar, ha cambiado muchísimo. Se ha vuelto egoísta y empieza a juzgar a la gente por el lema tanto tienes, tanto vales. Está desconocido".