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'Es la mañana'

Luis Piedrahita presenta 'El castellano es un idioma loable'

El humorista Luis Piedrahita presentó en Es la mañana del fin de semana su último libro, El castellano es un idioma loable, lo hable quien lo hable.

Es la Mañana de Fin de Semana, 09/12/12

El audio empezará a sonar cuando acabe el anuncio

El humorista Luis Piedrahita presentó en Es la mañana del fin de semana su último libro, El castellano es un idioma loable, lo hable quien lo hable.
Luis Piedrahita | Cordon Press

Luis Piedrahita habló para Es la mañana del fin de semana sobre su último libro El castellano es un idioma loable, lo hable quien lo hable, un libro de humor centrado en la letra pequeña de folletos de los más variados productos. Un libro sobre "chistes escondidos" que, según el propio humorista, funciona como una "evolución muy natural del humor de cosas pequeñas que llevo doce años haciendo".

Piedrahita, que además de su labor televisiva destaca por ser escritor, monologuista e incluso director de cine (La habitación de Fermat), aseguró a Elia Rodríguez y María Díez que se siente "afortunado" de haberse podido dedicar a todo lo que le gusta. 

El proyecto del libro, dijo en esRadio, surgió nada menos que en un McDonalds, "porque había unos cacahuetes de regalo para encima del Sandy, una bolsita transparente de plástico, y ponía: puede contener cacahuetes. Pensé: esto es un chiste", por lo que a continuación se dedicó a acumular "chistes escondidos" en distintos prospectos y folletos.

Casos como el de la Viagra, que puede provocar "muerte súbita" ("un buen contraefecto, puedes tener una erección estupenda o un paro cardíaco"), o el Dolcipen, cuyos efectos secundarios pueden ir de la somnolencia hasta el coma ("todo lo que puede sentir un hombre en su vida"), son desgranados con humor a lo largo del volumen.

Piedrahita también habló con Elia Rodríguez y María Díez sobre algunas anécdotas de su labor en el programa El Hormiguero, como por ejemplo, un comentario desafortunado sobre las cajeras del Carrefour, que les molestó especialmente: "Quedé con ellas a la salida del programa y charlamos. Demostraron que estaban enfadadas pero también vi un cariño y unas ganas de que se les dijera 'estamos puteadas es un trabajo duro', que al final estuvimos charlando y acabamos haciéndonos fotos".

Una situación que viene, tal y como dijo Piedrahita en Es la mañana del fin de semana con Elia Rodríguez, de la necesidad del humorista de convertir "la experiencia espantosa en algo bello y digerible, como hizo Gila con la guerra o hacía Chaplin. Comer caca y excretar belleza, la misión de un humorista". Y pone como ejemplo cuando se tuvo que operar de la vesícula, que más tarde subastó por 2.000 euros que fueron a parar a la fundación Síndrome de West, una enfermedad extraña y poco usual que afecta a niños pequeños. "Cogí mis visceras y las subaste, fueron 2.000 euros, no es mucho dinero y poco se puede hacer, pero por una vesícula es lo que me dieron".

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