Las revistas comienzan a preparar el cumpleaños del príncipe de Asturias. Felipe de Borbón cumplirá 45 el próximo 30 de enero, y en las publicaciones de los miércoles ya leemos anécdotas y galerías fotográficas con imágenes de su vida. Algunas incluso incluyen chascarrillos que ya han pasado a ser parte de la cultura popular, como que en las academias militares por las que ha pasado al hijo de los reyes le llamaban “Winston” por ser el rubio más largo, que le gustan Bach, Van Morrison, Springsteen y Alejandro Sanz (vaya mezcla) o que odia el tabaco, vicio que tenía Letizia y dejó al casarse con él. De momento, que se sepa, no ha concedido ninguna entrevista para conmemorar la fecha, aunque ya hay dominicales que le dedican su portada. Con la que está cayendo, puede que no tenga demasiadas ganas de celebrar.
El escrito que ha presentado el abogado de Diego Torres ante el juez con Carlos García Revenga como protagonista no tiene desperdicio. Según el letrado, Manuel González-Peters, el todavía secretario de las infantas Elena y Cristina era una pieza clave en el entramado del Instituto Nóos, ya que se le consultaba absolutamente todo, y que de hecho su presencia en la entidad (su relación con la Casa Real, querrá decir) es lo que hizo pensar a su cliente que no hacían nada irregular. El escrito acusa a Urdangarín de mentir en sus alegaciones a la fianza, donde dice que él allí no mandaba, porque todo se decidía entre todos. Este lunes en Es La Mañana comentaremos además el último comunicado del secretario, en el que se desvincula de todo tipo de irregularidades.
Mientras, el duque se ha dejado ver otra vez disfrutando del balonmano, en un partido de cuartos de final del Campeonato del Mundo que se disputó en el Palacio Sant Jordi, en Barcelona. Con aspecto serio y demacrado, sin rastro del humor que solía demostrar en sus correos electrónicos, le acompañaban dos de sus hijos. Al parecer, cuando están ellos delante no le insultan.