Continúan las acusaciones de la mítica actriz italiana Gina Lollobrigida, que a sus 85 años ha acusado a su marido, el español Javier Rigau, de engañarla para contraer matrimonio en noviembre de 2010.
En los últimos días han sorprendido las recientes declaraciones de la actriz, anunciando que pensaba denunciar a Rigau por estafa al sospechar que habría organizado una boda falsa mostrando unos poderes que, según Lollobrigida, no existen, e incluso usurpando su identidad.
El empresario español y su entorno lo niegan todo. Asegura estar casado con Gina y también que la ceremonia no fue una estafa. "Es imposible que no lo supiera. Gina y yo nos conocemos desde 1984. ¿Por qué decidimos celebrarla por poderes? No nos apetecía que la prensa se enterara", dice Rigau.
Su abogada ha explicado que la boda fue secreta para evitar "la presión mediática". Aún no han tomado acciones legales contra la actriz, por tratarse de una persona a la que conoce desde hace años. Señala también que hace aproximadamente tres años que la actriz está siendo acompañada "a todos sitios" por un "jovencito" de 25 años que es su secretario y que hace mucho que no trata con su propia familia.
Lollobrigida, por su parte, aseguró a la prensa que se enteró de que estaba casada cuando solicitó unos papeles por Internet. Sospecha que en la boda otra mujer tomó su lugar, María Pilar Guimera Gabilondo, una jubilada de 72 años, publicó el Daily Telegraph. A continuación, denunció los hechos ante la policía italiana.
Ella ha insistido en la prensa, tal y como recoge El País: "Javier Rigau y yo nunca hemos tenido relaciones íntimas. Creí que era un buen tipo, educado, que podía ser su amiga en un momento difícil. Caí en una depresión a causa de una larga disputa legal. Cuando uno está deprimido uno piensa que alguien puede ayudarte a cambiar de vida".