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La trastienda del posado de los príncipes

El posado de los príncipes y las infantas que tuvo lugar en la finca privada de La Granja de Esporlas guarda numerosos secretos.

El destino elegido para el posado fue la sierra de Tramuntana, muy cerca de la zona afectada la pasada semana por un estremecedor fuego que se ha cobrado 2.335 hectáreas de pinar. Los príncipes eligieron una finca privada y de pago para favorecer la zona y dinamizar el turismo interior de la zona, y de hecho fue la propia princesa quien pagó las entradas. El precio de las cuatro, 41,60 euros.

Un posado que pese a esta decisión de última hora estuvo calculado hasta el último detalle por la princesa de Asturias. Es cierto que a primera hora de la mañana Cristobal Seguí, dueño de la granja, no sabía que iba a recibir tal presencia real, como ha sabido la periodista Gema López. Pero ahí se acaba la improvisación.

Letizia, la responsable incluso de elegir el lugar y el punto concreto en el que los fotógrafos tendrían que tomar las imágenes, sabía que su paseo por la granja de Esporles incrementaría el turismo tras la visita de los Príncipes y las niñas. La elección es, por tanto, todo un guiño a los habitantes de Mallorca en un momento en el que, según dicen, a Letizia Ortiz no le gusta acudir a la isla.

Pero la decisión de posar en este entorno natural también alberga segundas intenciones, como son el evitar que los príncipes y sus hijas sean abucheados, algo que ha venido ocurriendo en los últimos meses en varias ocasiones, y que la propia Letizia ha sufrido en sus carnes tanto en una visita oficial a un teatro en Lavapies, como en el Liceo de Barcelona, sin ir más lejos. La princesa querría además ahorrar a sus hijas el trance de que entre los aplausos se filtraran silbidos y abucheos por la evidente crisis que atraviesa la institución.

El posado, como era de esperar, no ha pasado despercibido y muchos son los que se han pronunciado. Carmen Rigalt ha destacado la imagen de Leonor que tiene porte de reina y que se parece cada vez más a Letizia. De hecho la niña pudimos ver estaba tan a gusto que se quedó sola posando en una balconada sonriendo a los fotógrafos, mientras el resto de la familia se iba alejando.

La visita se convirtió en una tarde de lo más lúdica con los periodistas con los que suelen despachar. Isabel Rábago contaba en El programa del verano muchos de los detalles, como que Leonor quería meter las entradas en el bolso de su madre, y cómo Letizia le comentó, entre risas, que tenía el bolso lleno de las cosas que le daba.

Del bolso de su madre Leonor también sacó la cámara de fotos en varias ocasiones, para poder hacer fotos y no perder detalle de todos los animales de la granja: caballos, burros, cabras, faisanes, de los jardines, los aperos de labranza y de las estancias del finca-museo, tal y como informa Europa Press.

De nuevo Leonor protagonizó otra de las anécdotas de la tarde, tal y como ha comentado Isabel Rábago, porque con la naturalidad y espontaneidad que caracteriza a los niños, la hija mayor de los Príncipes contó al propietario de la finca Cristobal Seguí, que hace unos meses fue a una granja con el colegio y llevaba alpargatas blancas y llegó a casa con ellas sucias porque, como le ocurriría a cualquiera, pisó una caca.

Las pequeñas se han ganado el cariño y el protagonismo de estas apariciones y en especial ayer Leonor estaba de lo más habladora. Las niñas estaban muy contentas por esta visita donde se lo pasaron como dijeron: "Muy bien".

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