Mucho se especuló con el beso que le dio la reina doña Sofía a don Juan Carlos en público el pasado miércoles en la Zarzuela. Esperaban al recién coronado Rey de Holanda, Guillermo Alejandro, y su mujer, Máxima Zorreguieta.
Hacía años que no se veía un gesto de cariño semejante entre los monarcas. Y éste llegó tras meses de constatación del distanciamiento de la pareja y después de las últimas declaraciones de Corinna Sayn-Wittgenstin en Vanity Fair.
La extrañeza y las especulaciones se sucedieron en ese preciso instante para quedar totalmente desatadas el viernes por la mañana, cuando se anunció un comunicado de la Casa Real para ese mismo día por la tarde. Poco después se supo que se iba a convocar a los periodistas en palacio para ofrecer una rueda de prensa, la primera en los 38 años de reinado de don Juan Carlos.
Quizá el error -como apuntaron algunos medios, entre ellos La Gaceta en su editorial del sábado- fue no ofrecer más datos sobre el asunto a tratar. Nada, silencio absoluto. La rumorología cobró durante esas horas una fuerza extraordinaria por los mentideros de la capital y se extendió por las redes sociales a una velocidad de vértigo. ¿Abdicaría el rey?, era la pregunta más repetida. ¿Alguna separación?, ¿de los príncipes de Asturias, quizá?
Nada más lejos de la realidad. El Rey ha sufrido una recaída. La prótesis de cadera izquierda que le implantaron en la última operación se ha infectado y es necesario volver a intervenir. De abdicación, nada; tampoco su inhabilitación. Fue tajante el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, a este respecto. Y será operado en Madrid, nada de marcharse fuera. Eso sí, para esta ocasión contarán con la máxima eminencia mundial en este tipo de intervenciones, el doctor Miguel Cabanela, médico español y jefe de Servicio de la prestigiosa Clínica Mayo, en Estados Unidos.
Pero volvamos al miércoles. Ya con el doctor Cabanela en Madrid se informó a don Juan Carlos de que tendría que pasar por el quirófano con toda probabilidad. Doña Sofía también estaba al tanto de esta última noticia, pero aún no había tenido ocasión de ver al Rey hasta el momento en que ambos coincidieron en la escalinata del palacio de la Zarzuela para recibir a los monarcas holandeses, según cuenta ABC. "Tengo unos dolores que me están matando", dijo el Rey durante la espera. Y la Reina lo besó.