El caso Nóos paulatinamente está acorralando cada vez más al yerno del Rey. La situación y el devenir juidicial están haciendo mella en el estado anímico de Iñaki Urdangarín. El duque de Palma vive en Ginebra, cada vez más aislado, con todos sus bienes embargados y sumergido en la melancolía.
Según publica La Otra Crónica, el círculo íntimo del yerno del Rey está más preocupado que nunca por Iñaki. Sus amistades cercanas tienen claro que Urdangarín entrará en prisión. "Será un mes, serán dos meses, años incluso, pero tiene bastante claro que no lo podrá evitar, sobre todo si tenemos en cuenta las informaciones que señalan que el fiscal, Pedro Horrach, estudia pedir de 10 a 19 años de cárcel", declara al suplemento de El Mundo un hombre cercano al círculo íntimo del duque. En cuanto a los ingresos, el duque sabe que dependerá económicamente de su mujer durante mucho tiempo.
La situación se agrava tras la declaración de Cristina, al desmarcarse absolutamente de los "tejemanejes de su marido", siendo Iñaki Urdangarín el único responsable. "Su única obsesión desde que empezó con Cristina era no ser un florero. 'No quiero ser como el duque de Lugo' -Jaime Marichalar-, repetía insistentemente". Ahora Iñaki está arruinado y la Casa del Rey no va ayudarle.
Golpe a su matrimonio
Nadie de su círculo interno habla de ruptura del matrimonio entre los duques de Palma, aunque si confiesan que toda esta situación está desgastando la unión entre ambos. La infanta Cristina está harta de los problemas judiciales en torno al caso Nóos. Por su parte, Urdangarín teme por su futuro, no ya sólo por su difícil encaje en el mundo laboral, sino porque teme ir a prisión.
Además, según aseguran fuentes cercanas a la pareja, la relación de Iñaki con la infanta ha estado marcada con un "cierto complejo de inferioridad". El duque estaba obsesionado con demostrar cómo el podía llegar lejos en las altas esferas y, sin embargo, se ha estrellado.