Este domingo se pudo ver a la hermana de la princesa Letizia, Telma Ortiz, disfrutando del 62º Trofeo conde Godó en el Palco de Honor del Real Club de Tenis de Barcelona junto a una amiga. A pesar de que el famoso Rafa Nadal no jugaba en la final y de que los rumores de su vuelta al Ayuntamiento de Barcelona están a la orden del día, la hermana de doña Letizia decidió acudir para ver el partido definitivo del torneo de tenis, disputado entre el colombiano Santiago Giraldo y el japonés Kei Nishikori, que finalmente ganó en sólo dos sets (6-2 y 6-2).
Telma iba vestida sin llamar la atención, con borsalino, gafas de sol, falda vaquera y botas, por lo que poca gente se percató desde el principio de su presencia en el club de tenis. Al parecer, pasar desapercibida era lo que ella quería, pero al rato, y como era de esperar, una fotógrafa dio la voz de alarma al resto de sus compañeros informando de su presencia, por lo que todos intentaron conseguir una instantánea cuando recibieron la noticia. A Telma no le sentó bien ser captada por las cámaras y quiso dejarlo claro. A su entrada, no paraba de repetir continuamente la misma frase: "Es increíble esto".
Lo cierto es que la postura que tomó la hermana de la princesa de Asturias no fue la más apropiada ya que cualquier rostro conocido que acude al Palco de Honor de un torneo tan popular es consciente de que se expone a ser fotografiado por la prensa.
Aunque ya sabían de su presencia, ella jugó al despiste, escondiéndose como podía de los paparazzis e intentando no ser fotografiada. Se la pudo ver corriendo de la mano de una de las organizadoras del evento, cabizbaja y con sus grandes gafas de sol, quejándose porque los fotógrafos la perseguían.
La hermana de doña Letizia, que se acaba de divorciar de Jaime del Burgo, no desistió de conseguir su objetivo para lo cual estuvo esquivando continuamente las cámaras entre la gente, aunque ello supusiese tirar todo aquello que se le ponía por delante.