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'Es Sexo'

Los juegos de dominación que más gustan

Hay una serie de prácticas de dominación y sumisión que tiene no que ver con el sadomasoquismo o el castigo.

Es Sexo de Juguetes: Juegos de Poder

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Hay una serie de prácticas de dominación y sumisión que tiene no que ver con el sadomasoquismo o el castigo.
Juegos de dominación en 'Es Sexo' | Cordon Press

En esta edición de Es Sexo de Juegos Ayanta Barilli y Eva Guillamón hablaron con Max Rekarte de los juegos de dominación y sumisión que más suelen gustar. Éstos producen unos niveles de excitación y morbo que pueden llegar a alcanzar una intensidad increíble. Aunque se debe marcar de antemano cuáles son los límites, para que no haya malentendidos, estos juegos suelen dar un gran placer sexual.

Muchas veces lo que practicamos es dominación, pero lo llamamos de otra forma, como el atar a alguien, dar azotes o llevar las riendas del acto sexual. Realmente, dominar y ser sumiso no tiene por qué estar relacionado con los castigos ni el daño físico. Algunos de los juegos más sencillos, inofensivos y que más suelen gustar son:

1. Atar con una cuerda: algo tremendamente morboso es estar atado e incapacitado. Una posible idea es atar a tu pareja a la cama o a una superficie similar, solo de muñecas y flojito. Hay que parar a la primera queja de incomodidad o, mejor aún, al decir una palabra clave. También se puede hacer un striptease y, después de unas caricias, practicar sexo oral de un modo lento y suave. La gracia está en no dejar que se corra la primera, ni la segunda, ni la tercera…

2. El juego del esclavo doméstico: no se trata de ninguna práctica sexual o de algo soez y vergonzoso. Simplemente, durante el lapso de tiempo pactado, aquel que haga el rol de esclavo debe obedecer sin rechistar las tareas que le sean encomendadas. Solo se referirán a el/ella como "esclavo/a", y su pareja será "amo/a". No ha de haber ningún trato degradante o vejatorio, solo ordenar sin pudor tareas del estilo: "quiero que me sirvas un zumo recién exprimido", "dame un masaje en los pies… ya te diré cuando parar" o "báñame". Es mejor que no se practique sexo la primera vez durante el juego. De nuevo, una palabra clave es deseable para evitar equívocos. Lo mejor es que la persona que lo sugiera sea el esclavo la primera vez, para dar confianza a nuestra pareja.

3. El juego de la prostitución doméstica: la persona que haga de "prostituto/a" elaborará una lista de prácticas sexuales. Cada una de esas prácticas tendrá un precio en tareas mundanas, y nuestra pareja escogerá sólo una. Que haya una relación profesional algo distante entre cliente y puto/a le da más morbillo.

Otras ideas

Se pueden utilizar juguetes de todo tipo, como antifaz, esposas, látigos, plumeros, pero también se pueden utilizar objetos cotidianos, como corbatas y pañuelos para inmovilizar, un collar de perlas para azotar, o esa prenda suave y sedosa para acariciar...

Noticiero ardiente

Ya había quien hacía selfies en los años sesenta. A través de su cuenta personal de Instagram, Hugh Hefner, fundador de Playboy, ha compartido con sus miles de seguidores, varias fotografías de sus viejas épocas cuando no estaba de moda el estilo selfie. Porque el magnate de 88 años ya las hacía mucho antes de que surgieran las redes sociales. En estas imágenes podemos conocer a un Hefner mucho más humano y menos idealizado, pero siempre rodeado de belleza.

Generación YourPorn: ¿mito o realidad? Hablamos de un informe realizado por el instituto de encuestas Ifop para comparar las preferencias sexuales de los jóvenes de 15 a 24 años con las observadas en décadas anteriores. Los resultados revelan que el comportamiento sexual de los jóvenes está cada vez más influido por los códigos de la pornografía, como la eyaculación facial, la felación o la sodomía, banalizadas en los últimos 20 años, según unos, normalizados según otros. Según François Kraus, responsable de Ifop, el estudio pone además en evidencia "el desarrollo de intercambios sexuales puramente virtuales, a través de plataformas que ofrecen a los jóvenes que no siempre poseen su propio espacio, la posibilidad de tener juegos de seducción".

Artista callejero culpable de exhibicionismo. La idea era "hacer algo leve y al mismo tiempo serio", explicó Steven Cohen, el artista sudafricano que se instaló el 10 de septiembre de 2013 en la plaza de Trocadero de París en una hora de poca afluencia. Ataviado con un bustier y un string blancos, guantes rojos, plumas en los dedos y un faisán embalsamado en la cabeza, bailó teniendo al gallo unido a su pene vendado. La justicia francesa le ha declarado culpable de exhibicionismo, aunque le ha dispensado de la pena. La Fiscalía sólo quería una "pena de advertencia", como una multa.

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