La relación entre Pep Guardiola y Tito Vilanova era muy fría a raíz de una acalorada discusión. Según publica diariogol.com, a pesar de las diferencias que había entre ambos, Pep decidió viajar a Barcelona para acudir al funeral de Tito y despedirse de él por última vez. Cuando llegó al aeropuerto de El Prat, el entrenador del Bayern recibió una llamada telefónica de la mujer de Vilanova, Montse Chaure, para pedirle que no se presentara en el velatorio de su marido.
"Esta tristeza me acompañará siempre", declaró el exentrenador del Barça a los medios. Su ausencia en el funeral fue muy sonada, ya que nadie entendía por qué Guardiola no dejaba atrás sus problemas por un motivo tan grave.
Las diferencias entre ambos empezaron cuando Tito decidió aceptar el puesto de Pep Guardiola como entrenador del Barça. Guardiola se lo tomó como una traición, tanto que cuando Tito fue a Estados Unidos para tratarse del cáncer, éste solo fue a visitarle en una ocasión, aunque vivía en la misma ciudad donde Vilanova estaba ingresado.
Aunque era un buen momento para solucionar sus problemas, acabaron teniendo una acalorada discusión. La mala relación entre ambos quedó clara en la primera rueda de prensa de Tito, cuando explicó que no se había sentido apoyado por el que un día fue su íntimo amigo. Tras su muerte, Pep quiso dejar a un lado todo y despedirse de Vilanova, pero prefirió hacer caso a la petición de la mujer de Tito.