La abdicación del Rey Juan Carlos ha traído consigo todo tipo de valoraciones, miedos, apoyos, objeciones o respaldo desde distintas partes del mundo social y político, siempre en relación con el devenir de la Corona y el ascenso del futuro rey Felipe VI. Sin embargo, la abdicación tiene otras lecturas y preocupaciones, que afectan incluso al ámbito turístico. Y es que, como se hace eco LOC, el gobierno de Baleares y el sector empresarial están preocupados por si el cambio de monarca traerá consigo también cambio de lugar de vacaciones.
Tanto es así, que el Gobierno de José Ramón Bauzá ya prepara una estrategia junto a los hoteleros para asegurarse que este agosto, la Familia Real se bañe en sus playas. De momento, los interesados se aferran a la idea de que con el palacete recién construido de Son Vent, dentro del complejo de Marivent, lugar donde pasa las vacaciones toda la Familia Real al completo, no deberían surgir cambios en el destino estival de los todavía príncipes de Asturias.
Los cálculos sopesan una ecuación muy igualada y bien definida. Por un lado, tanto la Reina Sofía, como el príncipe Felipe, son buenos valedores del encanto real hacia Baleares. Doña Sofía, por su fidelidad a Marivent y por liderar los últimos años las apariciones de la familia. El príncipe Felipe por ser el lugar donde veranea desde niño y, por ende, donde mantiene los amigos de vacaciones.
En el otro lado de la ecuación se encuentran el rey don Juan Carlos y las infantas Elena y Cristina, al tener menos presencia en la comunidad autónoma que la Reina o el príncipe. Pero quien realmente es el valor decisivo ante un futuro cambio y a quien temen los empresarios baleares es a la futura reina de España, la princesa Letizia. Sus conocidas declaraciones al príncipe Felipe: ¿Tú crees que esto son vacaciones?", en referencia al boom mediático en el que se ven envueltos cada vez que va la Familia Real, hace sospechar a los empresarios baleares que Letizia tiene otros planes vacacionales.
El portavoz popular en el Ayuntamiento de Palma ya ha reconocido que existe "preocupación" en el consistorio, y han asegurado que "harán todo lo que esté en sus manos" para tratar de retener la presencia real en las islas. La Casa Real no se ha pronunciado, al tener preocupaciones más serias en mente, empezando porque, tras la procalamción Felipe VI, a los futuros reyes de España les espera una gira por los países vecinos, Portugal, Francia y Marruecos.