Hace unos días Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, la "amiga entrañable del Rey Juan Carlos", lucía un impresionante collar de esmeraldas, convertible en tiara, una joya con una larga historia.
La condesa viuda de Romanones, Aline Griffith, ha confirmado al suplemento LOC de El Mundo que se desprendió de esta impresionante joya que en 2012 fue subastada por Sotheby's en Ginebra por cerca de 257.000 euros.
El collar de esmeraldas, que ahora pertenece a Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, tiene una larga trayectoria. Ha pertenecido a un maharajá. En los años 60 la joya fue vendida a Luis Gil, quien la remodeló en su diseño actual y, más tarde, fue comprada por el conde de Romanones para regalársela a su mujer, Aline, finalizando su camino en manos de Corinna. Lo que no ha aclarado es si Corinna fue la compradora o se trata de un regalo.
La condesa viuda de Romanones está "encantada, muy feliz, porque Corinna lleva mis joyas. La conozco mucho y es una mujer muy guapa. Me alegro de haberlas vendido, porque hace poco me robaron en casa y buscaban mis joyas", ha explicado Griffith. "No las vendí por problemas económicos como se ha dicho, sino porque yo ya no voy a ese tipo de fiestas. Y mis nietas tampoco. Tengo otras guardadas", prosigue.
Griffith explica que junto con este espectacular collar-diadema también se pusieron a la venta una sortija de rubíes y diamantes, un par de diamantes a juego, un bolso de noche en oro y diamantes y un brazalete de diamantes. Así como un reloj de estilo "cadenas", que había pertenecido a la duquesa de Windsor y que regaló a Aline Griffith, quien, como recuerda El Mundo, fue agente secreto de los servicios de inteligencia de Estados Unidos en España en los años 40.
"Desconozco quién tiene las otras piezas, pero con que las cuiden y las luzcan tan bien como Corinna es suficiente", finaliza Aline.