Olvido Hormigos se atreve con todo. Si antes era un riesgo criticar a Belén Esteban, ahora se está convirtiendo en una moda... gracias a ella. Después de su experiencia en la casa de Gran Hermano, decidió hablar sin tapujos de lo que pensaba sobre la colaboradora de Sálvame. A su salida del concurso, se encontró que muchas personas la defendían y que la de San Blas había pasado de ser la Princesa a ser apodada la Bruja del pueblo.
Lecturas dedica ocho páginas a la exconceja de los Yébenes para que hable de la Esteban y de su relación con su marido y familia. Comienza diciendo que "Belén no es buena persona" y que "tiene un desequilibrio emocional y mucha prepotencia". "No es la persona más indicada para darme lecciones de vida ejemplar", arremete Olvido. Aclara que "se alegra de que haya superado sus adiciones, pero precisamente por eso debería ser más comprensiva con los demás".
La vida con su marido
También explica que no le molesta que le llamen "puta", que lo que realmente le duele es que le acusen de ser mala madre. Una de sus declaraciones más impactantes es que "con su marido aparte de no acostarse juntos, tienen una vida totalmente normal", sin ironías ni sarcasmos. Como todo es muy normal entre ellos, a ella "le gustaría que Jesús se enamorara de otra", porque "sería una liberación" que encontrara una mujer que le quisiera. Algo muy comprensible, teniendo en cuenta que asegura "que le quiere", pero no siente "ninguna atracción física por él".
Durante la entrevista también reconoce que su marido a veces le pregunta algo sobre sus amantes, pero que ella no le cuenta nada. Sin lugar a dudas, sus declaraciones más llamativas son: "Soy una mujer selectiva, no le digo que sí al primero que llega. No busco amor, solo sexo". Pero reconoce que le gusta que tengan treinta tantos años y que le resulten atractivos.
Hormigos no sólo habla de sexo. La antigua política dice que entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se queda con el socialista. "Soy del PSOE a pesar de que me echaron del partido". Y añade que le parece mucho más atractivo, algo que posiblemente mueva esa balanza.