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Caderazo, disculpa y abdicación: la caída de Juan Carlos, en tres actos

Les presentamos, en tres operísticos actos, la trayectoria última del Rey.

En plena crisis económica, con su yerno y su hija en el ojo del huracán por el caso Nóos y con la monarquía perdiendo apoyos entre los españoles, saltó la noticia: Juan Carlos I se había caído en Botsuana durante una lujosa cacería.

Además, el hecho de que el Rey estuviera acompañado por su "amiga" Corinna zu Sayn-Wittgenstein y no por la reina Sofía desató un auténtico escándalo. Se apuntó que la princesa alemana podría ser su amante, y el supuesto noviazgo fue objeto de numerosas portadas de la prensa del corazón. La propia Corinna habló en algunos medios como Vanity Fair o El Mundo, afirmando que Juan Carlos de Borbón y ella sólo eran amigos, y elogiando al, por entonces, Jefe del Estado español, definiéndolo como "un tesoro nacional". Sin embargo, la opinión pública nunca se creyó la versión oficial del asunto.

Caderazo

Era la madrugada del jueves 12 de abril de 2012 cuando el entonces Rey de España se tropezó con el escalón de la vivienda donde se alojaba en el país africano. El monarca se fracturó la cadera derecha en tres fragmentos. Inmediatamente, Juan Carlos I fue tratado con analgésicos por el médico del Palacio de la Zarzuela, que siempre le acompañaba en sus desplazamientos.

Tras el accidente, don Juan Carlos fue trasladado en un avión de vuelta a España, donde fue intervenido alrededor de la una de la madrugada del sábado en Hospital USP San José. El encargado de operarlo fue el doctor Ángel Villamor, que también fue su cirujano en las lesiones de la rodilla y el pie. Tras unos días de recuperación en el centro hospitalario, don Juan Carlos tuvo que dar la cara ante una opinión pública conmocionada por la noticia.

Disculpas

"Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir": así se disculpó el Rey ante la agencia EFE, TVE y Radio Nacional. Juan Carlos I, tras recibir el alta médica en el Hospital USP San José de Madrid, pidió perdón antes de abandonar el centro. En voz baja, con la mirada compungida y una clara intención de frenar una avalancha de críticas, intentando recuperar el favor perdido de la opinión pública.

El monarca también agradeció a los medios su "interés" por estar tantos días en el hospital, y abandonó el centro en un minibús, con la ventanilla bajada y saludando.

Recuperación

Ahora, un año después de su abdicación el 2 de junio de 2014, que también hizo correr ríos de tinta, el rey emérito aparece periódicamente en la prensa no por su actividad oficial, sino por su ruta gastronómica a través de las estrellas Michelín del país. Las apariciones de Juan Carlos se centran en eso: promocionar la gastronomía patria a través de opíparos banquetes que al Rey le sirven para cultivar la que siempre ha sido una de sus grandes aficiones, la comida, al tiempo que como efecto secundario promociona los manjares del país.

Su cadera, tras las operaciones y un período de recuperación, parece haberle dado un respiro, como el resto de las afecciones de su entonces maltrecho estado físico. También los escándalos derivados de Nóos y Corinna, de los que parece haberse descubierto ya lo peor (o en todo caso, con la población española ya vacunada). Nadie, y menos él, parece haberse preocupado demasiado en analizar las causas de la súbita abdicación una vez ésta tuvo lugar.

El monarca, eso es evidente, parece más feliz que nunca liberado de unas obligaciones que cada vez se le hacían más pesadas.

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