Felipe VI ha revocado el derecho que tenía la infanta Cristina para usar el título de Duquesa de Palma. Una dura decisión que ha llegado de una manera inesperada aunque a la vez forzada por las circunstancias y los determinantes avances judiciales del caso Nóos, que no favorecen precisamente la situación de la infanta, ahora a punto de sentarse en el banquillo.
La decisión fue anunciada mediante comunicado escrito en primera persona por el Rey, emitido a última hora del jueves, y -eso sí- sin alusiones a su condición de imputada. Pero nada de ello ha de ocultar el doloroso fondo de la cuestión: aparte de la crisis institucional, hay una enorme brecha familiar abierta por el escándalo de corrupción en el seno de la Familia Real.
La inesperada medida también coincide con la última aparición pública de Cristina de Borbón en el funeral por Kardam de Bulgaria, donde coincidió una sonriente infanta se dejó con los Reyes Felipe y Letizia, con sus padres Juan Carlos I y Sofía, y con su hermana Elena. Nada hacía prever que esa sería su última aparición pública antes del anuncio del fin de sus privilegios.
Una decisión tomada por Felipe pocos días antes de cumplirse un año de su proclamación como Rey, que comunicó personalmente a su hermana la decisión de retirarle el título de duquesa de Palma durante la misma tarde, minutos antes de que la Casa del Rey hiciera público el anuncio.
La Infanta Cristina posee este título desde 1997, año en que se lo otorgó su padre, el Rey Juan Carlos, con motivo de su enlace matrimonial con Iñaki Urdangarin quien, en su calidad de consorte, también estaba capacitado para usar el título de duque de Palma.
Solo el Rey por tanto -en la actualidad Felipe VI- tenía la capacidad de revocar el uso de este título nobiliario a la Infanta Cristina y, en extensión, a su marido al considerar -tras haberlo meditado seriamente- que no son merecedores de tal distinción.
Fuerte lazo
Tres años menor que su hermana, el fortísimo lazo que les unía se ha devaluado a nivel personal. Pese a que Cristina siempre fue la "hermana favorita" de Felipe, ya no se hablaban desde hace tiempo... por mucho que su afinidad de caracteres fuera evidente. Tanto Felipe como Cristina son más parecidos a su madre Sofía que su hermana Elena, cuyo carácter podría calificarse de "borbónico".
No obstante, no todo podría ser lo que parece en la intimidad. La infanta Cristina ha continuado siendo, de puertas para adentro, una presencia constante en Palacio. Pese a haber puesto tierra de por medio y establecido su residencia en Ginebra, Cristina ha hecho acto de aparición en el banquete posterior a la comunión de la princesa Leonor. Los rumores de su presencia en palacio han sido constantes.
Atrás quedan, de todas formas, los primeros tiempos del matrimonio con Urdangarin, cuando los duques de Palma fueron un gran apoyo para Felipe en lo que a su noviazgo con Letizia se refiere. El entonces futuro Rey tuvo que luchar por el amor de una periodista que nunca fue del agrado de don Juan Carlos, y no quería que se repitiera lo ocurrido con Eva Sannum, con el monarca forzando la disolución de la pareja.
Iñaki y Cristina se convirtieron en un fuerte apoyo para Felipe, mostrando la buena relación entre hermanos que había. Existen rumores de que ambos adquirieron el anillo de compromiso de la pareja, en Barcelona. Ahora, nada de eso se aprecia en el trato frío y distanciado de cara al público.
Felipe fue el primero que entendió la gravedad del escándalo del caso Nóos, que poco a poco fue distanciándolo de su hermana. La actuación de Juan Carlos y Sofía fue más tibia a este respecto.
Hasta ahora, con el Rey viéndose forzado a cortar por lo sano, siendo el principal valedor de la decisión de apartar a los duques, y a Cristina, de los actos oficiales. Ahora, y de manera inesperada, ese proceso de distanciamiento de Cristina se ha casi culminado.