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Rosa Belmonte

El pijama del koljós

Zapata parece un cruce entre un campesino de Anna Karenina y Kubrick.

Zapata parece un cruce entre un campesino de Anna Karenina y Kubrick.
Guillermo Zapata | Efe

Guillermo Zapata luce un anacrónico aspecto entre personaje rural de Ana Karenina y Kubrick. No es que quiera parecer un campesino de Tolstoi igual que Rachel Dolezal, esa chiflada americana, quiere parecer negra (también ha dimitido, ella de la NAACP). Le debe de salir así creyendo que es un aspecto contemporáneo. Harta de modernos mamarrachos y de mamarrachos modernos, aplaudo la aparición de un personaje que parece escapado de la granja de Levin. Para explicar su dimisión habló todo seguido, sin leer una palabra, como el niño Rivera. Con su pijama del koljós, daba la impresión de ser una persona muy sensata, pidiendo disculpas a todo el mundo. Lo mismo saluda en el ascensor. Pero seguro que habla Alba López Mendiola y también nos parece sensata.

Una se alegra de que el barbudo haya dimitido de su cargo en Cultura pero no de concejal. Virgencita que nos quedemos como estamos (siempre puede ser peor, como en La parábola del náufrago de Delibes). Que el PP no haya sido capaz de investigar a estos merluzos demuestra que los grandes merluzos son ellos. GOP, Great Old Party, es el Partido Republicano estadounidense. GPM, Gran Partido Merlucil, es el PP. Por no descubrir antes lo de Zapata y porque la siguiente en la lista de Ahora Madrid, la número 21, los gramos que pesa el alma de quien tenga, era esta prenda que se definía en Twitter como bollera, camionera, desviada, leñadora o feminazi. Pero bueno, esos calificativos sólo sirven para nuestro solaz y descuelgue de mandíbulas. No veo nada malo en ser todo eso. Otra cosa es que se la vaya a presentar a mi abuela. En su muro de Facebook (cerrado como la cuenta de Twitter) brillaba este pensamiento ilustrado: "Emilio Botín no debería haber muerto tranquilito en la cama, sino en la calle o colgado". Y de Lenin decía: "Su ejemplo y su obra son fundamentales para cualquier cuadro revolucionario". Gran ejemplo. "Los bolcheviques iniciaron un tipo de matanza en masa que jamás se había visto en Rusia. La pérdida de vidas entre 1917 y la invasión nazi de 1941 no se puede medir con precisión. Las estimaciones varían, con cifras que oscilan entre unos conservadores 20 millones hasta más de 60 millones. Con intención de crear un nuevo tipo de ser humano no sujeto a la mortalidad, el Estado soviético propagaba la muerte a una escala enorme" (‘La comisión para la inmortalización. John Gray).

Pero tampoco extraña que ella y otros adoren a Lenin. La alcaldesa de Badalona parece adorar al demonio. Esa foto como ofreciendo el bastón se antojaba cosa de brujería. "Hay un señor que lleva el bastón bajo la axila como si fuese el hombre obsesionado con ponerse el termómetro", escribe Ramón Gómez de la Serna en ‘Trampantojos’. El sábado y el domingo vimos un montón de alcaldes elevando el bastón, en lugar de cogerlo como Antonio Gala lo ha cogido toda la vida. Y la cosa daba miedo. Estaba entre Braveheart, La semilla del diablo y Patrick Hernández. Aunque yo fantaseaba con que a alguno le saliera un ramalazo de majorette y lanzara el bastón al aire. Errejón salió ayer, a propósito de Zapata, con un tuit que también parece de la época de Lenin: "Las posiciones conquistadas por el cambio, y las personas que las desempeñan, van a sufrir el asedio y acoso de las fuerzas del orden viejo. ¿Vendría de jugar al Risk con sus amiguitos?

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