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Las mejores anécdotas de Antonio Banderas

Antonio cumplió 55 este lunes. Una vida rica en emociones... y anécdotas.

Antonio cumplió 55 este lunes. Una vida rica en emociones... y anécdotas.
Antonio Banderas | Cordon Press

Un feliz, risueño y atractivo Antonio Banderas vive este tórrido verano en la compañía de su último amor, Nicole Kimpel, que le ha devuelto la sonrisa después de su ruptura matrimonial con Melanie Griffith. Quince millones de dólares les han pagado por su lujosa mansión de Hancock Park, patrimonio que tendrán que repartir junto a otros bienes. Pero esas negociaciones, supervisadas por sus respectivos abogados, no dejarán de ser duras, pese a que parece ser que, antes de su enlace londinense el 14 de mayo de 1996, ya firmaron de mutuo acuerdo una separación de bienes.

Antonio Banderas ha de hacer borrón y cuenta nueva y quién sabe si celebrará una tercera boda con su actual amor, pues aún no se ha pronunciado al respecto en tanto no acabe con los flecos aún pendientes de su divorcio. Lo que busca es una estabilidad emocional que le viene faltando desde hace un tiempo.

Cumplió 55 años este 10 de agosto. Con una vida rica en emociones. Casi cien películas aparecen en su filmografía. Infinidad de anécdotas las adornan, de las que hemos espigado estas que siguen. Para empezar diciendo que se llama José Antonio Domínguez Bandera, sin la ese en su apellido materno. Y que cuando era novio de una compañera de la Escuela de Arte Dramático de Málaga, Celia Trujillo, con quien mantuvo tres años de relaciones amorosas, anduvo dilucidando cuál debía ser su sobrenombre artístico, barajando el de Antonio Abascal. Y el de José Domínguez. Sería Pedro Almódovar quien les despejó el asunto, sugiriéndole el definitivo Antonio Banderas. Eso sucedía antes de 1982, en su debut cinematográfico: Laberinto de pasiones. El actor malagueño le daría calabazas cuando se había comprometido con él para protagonizar Tacones lejanos, al coincidir con su debut en Hollywood. Tardarían en reencontrarse doce años cuando al fin rodaron La piel que habito.

Antonio Banderas aceptaba, por cierto, en sus inicios en el cine español, papeles que desechaba su buen amigo Imanol Arias, por entonces muy solicitado por los productores. Al establecerse en Los Ángeles en 1990, como no tenía suficiente dinero para sufragar el pago de su apartamento, no dudó en vender, con gran dolor de su corazón, su Honda 900, de gran cilindrada, que apreciaba mucho. Para aquellas calendas, después de una procesión de novias que tuvo en los Madriles tras dejar a la primera, la ya mencionada Celia, ya llevaba tres años casado con la actriz Ana Leza, con quien se gastó casi todos sus ahorros en celebrar una boda por todo lo alto en el madrileño hotel Ritz. Ella lo recordaba antes de casarse como un simpático golfo, mujeriego compulsivo. Dejó su carrera por ayudarlo en su aventura americana. Hasta que él se cansó, obsesionado sólo con alcanzar el éxito en Hollywood. Menos mal que la recompensó económicamente cuando se separaron, tras ocho años de vida matrimonial, muy espléndido. Ana acabó refugiándose en un centro de meditación en los Estados Unidos.

El matrimonio, la verdad es que las pasó canutas al principio de su vida en los Estados Unidos y él hubo de anunciar en los autobuses urbanos una marca de pantalones tejanos. Sin saber inglés, fue aceptado para protagonizar Los reyes del mambo tocan canciones de amor, aprendiéndose su papel de oído, con la ayuda de un profesor de dicción. En dicha cinta, su personaje, el trompetista cubano Néstor Castillo (que iba a hacer en principio Andy García) le obligó a cantar "Bella María del Alma". Antonio Banderas tenía ya conocimientos musicales pues con catorce años aprendió a tocar la guitarra gracias a las lecciones de su tío Pepe. En Hollywood tuvo ocasión de interpretar canciones en otras películas: "Morena de mi corazón", en "Desperado", acompañado por Los Lobos; "In your Wildest Dreams", junto a Tina Turner, en "Wildest Dreams"; en el musical Evita llevado a la pantalla; en la comedia musical Nine, que representó en Broadway, y en diferentes discos, como "No sé por qué te quiero", junto a Ana Belén, o "Imagine", a dúo con Alejandro Sanz. Sin olvidarnos del dueto que hizo mano a mano con Pasión Vega en un programa de Canal Sur de Jesús Quintero.

Madonna le declaró su amor, pero él no quiso acostarse con la alocada estrella. En cambio, tuvo un romance con Daryl Hannah durante el rodaje de Two much, aunque al final se "coló" por la otra protagonista, Melanie Griffith. Siendo un seductor nato hubo de rodar comprometidas escenas homosexuales con Tom Hanks en la película Philadelphia, con el "mosqueo" de éste, a quien Antonio Banderas tranquilizó así: "Ninguno de los dos somos maricones". Cada vez que, posteriormente, coincidían en alguna fiesta, Tom, bromeando, se refería a él como "Antonio, mi novio español". Cuando rodaba Entrevista con el vampiro, no pudiendo interrumpir su trabajo para trasladarse a Málaga donde su hermano Javier tenía que ser operado a vida o muerte, determinó que éste viajara a Los Ángeles, debidamente acompañado, donde lo operaron con éxito de un aneurisma cerebral. Los dos hermanos siempre se llevaron estupendamente y durante las vacaciones suelen coincidir en competiciones náuticas pues ambos son excelentes navegantes, y el actor es dueño de una valiosa embarcación.

Ya siendo una celebridad como actor, acudió al Festival de Deauville a presentar La máscara de El Zorro. Durante una cena, su compañero de mesa Michael Douglas le pidió que le presentara la belleza que tenía a su lado, su compañera en dicho filme. Y así lo hizo. Al poco tiempo, se casaban. La novia, lo habrán adivinado, era Catherine Zeta-Jones. Entre las peticiones más extrañas que le han hecho a Antonio Banderas destacamos ésta: una productora rusa quería rodar con él una película delirante durante cuatro días en la estación espacial Mir, con el fin de salvarla, pues se estaba cayendo a pedazos. El actor malagueño dijo que no a tan disparatada oferta y aquella estación terminaría desintegrada.

Son pasajes de una intensa trayectoria vivida por nuestro actor más internacional. Un tipo adorable en el trato, sencillo, al que la popularidad no ha cambiado un ápice, desde que lo conocimos en sus comienzos cinematográficos. Ha dado constantes ejemplos cada vez que vuelve a España de cómo ser amable con todo el mundo, incluso los más contumaces "paparazzi". Se merece cuando ha conseguido con su propio esfuerzo. Y su talento, por supuesto.

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