Kiko Rivera sigue ajeno a la polémica de sus supuestas infidelidades. Desde que Carmen, la camarera de la discoteca Ku, apareciese en los platós de televisión para desvelar cómo fue su affaire, el DJ continúa sin querer dar la cara y se ha limitado a negar todo a través de las redes sociales y sus amigos.
Para evitar enfrentarse a la prensa, el hijo de Isabel Pantoja se ha propuesto alejarse lo máximo posible de los reporteros. Y en este intento, este miércoles se lió a manguerazos con los fotógrafos que estaban esperando en la puerta de su casa.
Los periodistas, entre risas, le decían que no tenía que ponerse así, a lo que él decía que "se quiten de aquí ya". Pero de lo que no se daba cuenta es que Irene Rosales, su cuñada y el pequeño Francisco, también se estaban mojando porque estaban en la calle. La joven avisó a su novio pero él siguió apuntando con la manguera haciendo caso omiso.