Menú

La fechoría del duque de Feria que derivó en la 'pixelación' de fotos de niños

A raíz del rapto de una niña por el duque de Feria, las fotos de niños se pixelan desde hace 23 años.

A raíz del rapto de una niña por el duque de Feria, las fotos de niños se pixelan desde hace 23 años.
El duque de Feria | Archivo

Con harta frecuencia aparecen en la prensa española y en televisión, "pixeladas", imágenes de niños; término inglés que obedece al velo que cubre esos rostros infantiles. Sin ir más lejos, hace poco tiempo tuvieron como protagonista al bebé que esa millonaria diputada millonaria gallega, la comunista Bescansa, llevó al Congreso de Diputados. Se cuenta como anécdota que ella misma, al ser centro de atención de los reporteros, les advirtió: "¿Vais a "pixelar" las fotos, verdad?".

Pues, bien, ahora en la primera semana de marzo próximo van a cumplirse veintitrés años de que el Ministerio correspondiente dictara esa medida a las empresas periodísticas con ocasión de un lamentable suceso que, informativamente, seguimos con detalle. Me encontraba en Sevilla a principios de marzo de 1993 cuando recibí el encargo de realizar un reportaje sobre el duque de Feria, quien había sido encarcelado bajo la acusación de rapto de una niña de cinco años. Cómplices del aristócrata, tres mujeres fueron igualmente arrestadas. La pequeña en cuestión, Ana María Bell Trabajo, había sido llevada al apartamento de Rafael Medina y Fernández de Córdoba, de cincuenta años, hijo de los duques de Medinaceli, conocido como duque de Feria.

Pablo Iglesias y el bebé pixelado | Archivo

Alertada la madre de la menor se puso en contacto con la policía que, en dos horas dio con su paradero, liberándola, al tiempo que detenía al responsable de su rapto, el citado duque. Ana María confesaría después haber sido desnudada por éste, quien la bañó, fotografiándola sin ropa con una cámara "instamatic", cuyas imágenes fueron encontradas por los agentes desplazados al lugar, a espaldas de la Casa de Pilatos, palacete de la familia de Rafael Medina.

Se supo asimismo que éste había comprado ropa para la pequeña. Dos días después del suceso localicé a la madre y a la niña en su humilde vivienda de un barrio extremo de Sevilla, conocido por ser habitado por buen número de drogadictos y "camellos". La mujer me contó que una cuñada suya era quien había llevado a su hija al apartamento del duque de Feria, y no sólo esta vez. A cambio de dinero. El duque también consumía algunas substancias que le facilitaban delincuentes comunes o prostitutas con las que tenía trato periódicamente. Diría en una entrevista que "mi droga son las mujeres… muy jóvenes". Tanto que sería acusado de corrupción de menores y, además del rapto de Ana María, de tráfico de drogas.

Por si fuera poco, su ex mujer, la conocida ex modelo y personaje habitual de la prensa rosa Nati Abascal, de quien estaba separado desde 1988 tras trece años de matrimonio, con dos hijos, lo había demandado por impago de la pensión alimenticia de ella y de éstos. Trabajo, madre de la niña raptada por el duque, que arrastraba un turbio pasado de duras experiencias con la droga y la cárcel, se completó con un reportaje gráfico.

Nati Abascal | Cordon Press

Posaron ante mi presencia madre e hija con total libertad. Ana María, la pequeña, era una cría guapísima, rubia, que vestía esa mañana precisamente el bonito –y caro- vestido que le regalara el duque de Feria poco antes de ser esposado camino de la prisión. La información, anunciada en la portada del semanario Diez Minutos, constaba de cinco páginas a color, con fotografías del duque, la pequeña, su madre y su abuela.

Aquel suceso armó tal revuelo que, pocos días después, se publicaba en el Boletín Oficial del Estado la orden ministerial por la que se prohibía en adelante insertar imágenes de menores que no fueran "pixeladas", o sea, veladas. Y ese anglicismo es el que se repite una y otra vez que se divulgan.

En cuanto a Rafael Medina, el duque de Feria, fue condenado a dieciocho años de privación de libertad, pena luego reducida a nueve años. Cumplidos sólo cinco salió a la calle en libertad condicional. Fue encontrado muerto el 2 de mayo de 1998 en el antes mencionado palacio de la Casa de Pilatos. Nati Abascal procuró apartar a sus dos hijos, Rafael, nacido en septiembre de 1978, y a Luis, en agosto de 1980, de cualquier ambiente que les supusiera un inevitable dolor unido a la vergüenza que suponía el historial del duque. Eran aún adolescentes y estaban al tanto de aquella incomprensible vida elegida por su padre, sobre todo para los amigos del duque, de la buena sociedad sevillana, incapaces de aceptar su irregular conducta.

Alejada un tanto de la familia paterna de sus hijos, Nati Abascal hubo de hacer frente a su alterada y algo maltrecha economía, pero valiéndose de su amistad con el modista Óscar de la Renta, de los dueños de la revista ¡Hola! también, pudo sufragar los gastos de la manutención y estudios de Rafael y Luis, en colegios fuera de España. Que hoy disfrutan de una magnífica posición. La historia aquí contada tiene aquellos sórdidos recuerdos de un aristócrata que perdió el norte de su vida, y de paso la relación con esas imágenes y "píxeles".

En Chic

    0
    comentarios