Paloma Rocasolano tuvo que adaptarse a su nueva vida como condición de madre de la Reina, un giro de 180 grados en su vida que siempre ha llevado con total discreción y serenidad. No se conocen muchos detalles de la suegra del rey, aunque sí sabemos que nació en Madrid y procede de una familia sencilla asturiana. Gracias a algunos de sus amigos más íntimos con los que ha hablado La Razón, se han desvelado más aspectos de su vida cotidiana en la capital.
Desde que Don Felipe y Doña Letizia se casaran en 2004, va acompañada por dos guardaespaldas, pero está acostumbrada a moverse en transporte público porque vive en el centro de Madrid y es más cómodo. En Metro llega a la facultad de la UNED, en la sede del barrio de Lavapiés, donde estudia cuarto curso de Historia del Arte, aunque sigue ejerciendo la enfermería. Sus compañeros explican que se muestra particularmente interesada en la historia de la realeza española y que es una persona "muy animada y divertida" a la que llaman de forma cariñosa la Roqui.
Paloma Rocasolano está divorciada del padre de Doña Letizia, Jesús Ortiz, y su vida sentimental se desconoce por completo. Muy celosa de su intimidad, en ocasiones rechaza planes con gente a no ser que sean de su máxima confianza. Sin embargo, la relación con sus compañeros de clase es estupenda. Los mismos amigos desvelan que en verano se reserva unos días para hacer viajes culturales relacionados con lo aprendido en la Universidad.
Según sus sus allegados, tiene una casa familiar por la zona de Moratalaz y otra en Ópera, cerca de la plaza de Oriente, en la que organiza tertulias con sus amigos más cercanos. Lavapiés además una zona que le gusta frecuentar para "irse de cañas y de tapas" los fines de semana o después de las clases.
Su círculo de amistades supone un apoyo muy importante para ella, sobre todo desde que la madre de Doña Letizia perdiera a su padre, Francisco Rocasolano, que falleció a los 98 años el pasado julio por problemas de corazón. Aunque el mayor golpe que recibió Paloma fue la muerte de su hija Erika, que unió más a las hermanas Telma y Letizia a su madre.