Alberto de Mónaco ha visitado nuestro país para presentar la sede española de su Fundación, una organización que creó hace diez años y que lucha por la conservación del medioambiente. La ausencia más destacada en su visita ha sido la de su mujer, la princesa Charlène. La última vez que se vio al matrimonio fue durante la final del Master de Tenis de Montecarlo, donde mostraron complicidad y gestos de cariño. Una actitud que choca con los últimos rumores sobre los monarcas.
Hace un año surgían los primeros rumores de ruptura, y aunque las aguas se habían calmado, fue la ausencia de Charlene en el Baile de la Rosa lo que volvió a disparar las alarmas hace un mes. El matrimonio ha vuelto a ser mirado con lupa, y pese a la complicidad que mostraban en el Open de Tenis, la ausencia de alianza en Charlène volvió a reavivar los rumores.
Su paseo por el país culminó el pasado viernes en una cena que tuvo lugar en el Palacio de la Quinta en El Pardo, en Madrid. Organizada por Carol Portabella, presidenta de la fundación Príncipe Alberto II de Mónaco en España, se pudo ver a diversos famosos como Isabel Preysler (esta vez sin Mario Vargas Llosa), aunque no a Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, que ha trabajado como asesora para Alberto y Charlène. La "amiga entrañable" del rey Juan Carlos no acompañó al príncipe monegasco, quizá temerosa de la foto apenas unos días después de que se revelase su presencia en los papeles de Panamá.
Pero tanto o más que eso llama la atención la "agenda oculta" del príncipe monegasco, dada a conocer por La Razón. Su hoja de ruta comenzó el jueves por la noche, cuando Juan Carlos asistió en Mónaco a una cena organizada por los príncipes de Orleans, Jean y Philomena, donde también estaba presente el español Fernando Martínez de Irujo.
Tras aterrizar a primera hora en Madrid, Alberto presidió una conferencia sobre biodiversidad en el Auditorio de la Fundación Ramón Areces, y a las seis de la tarde estuvo presente en una audiencia junto al rey Felipe VI. Un encuentro de puro protocolo organizado con motivo del 40 aniversario del Premio Cervantes que no se prolongó más allá del posado en el Salón de Audiencias del Palacio Real. Las relaciones entre ellos, subraya La Razón, nunca han destacado por su cordialidad.
En su visita a España, Alberto de Mónaco ha dejado clara la importancia de luchar "todos juntos para salvaguardar el Mediterráneo", un mar que hace de punto de unión entre Mónaco y España. El monarca está muy implicado en la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco, con la que pretende concienciar al mayor número de población posible sobre la importancia de proteger y conservar el medioambiente.