La enorme fiesta de cumpleaños de Amancio Ortega se convirtió hace unos días en un fenómeno mundial. Los empleados de la firma de moda prepararon, comandados por la hija del empresario, Marta Ortega, una gran celebración en la que ellos y otros miles de personas se coordinaron para felicitar al que es uno de los hombres más ricos del mundo. El vídeo, que se difundió en internet, dio la vuelta al mundo.
Ahora, la revista Hola ahonda en algunos de los detalles de la celebración. Como el hecho de que Marta contó, además de con sus empleados, con la ayuda de Flora, su madre, para llevar a cabo el homenaje. Una demostración de la posición que la heredera -pero no sucesora- empieza a ejercer en la firma, que de todas formas parece regirse siempre por el respeto al trabajo de su padre.
Y es que, como el propio Amancio Ortega, Marta no tiene despacho en las dependencias de Arteixo y solo dispone de una mesa de trabajo muy cercana a la de él. Según explica Hola, se trata de un espacio diáfano similar al que comparten el resto de personas que trabajan a su alrededor, sin separaciones que enfaticen el puesto de cada cual. Así es donde ella desempeña sus labores de diseño de producto y comercialización de Zara Woman como lo hizo también su padre, ahora más retirado de la primera línea.
De modo que la heredera ya trabaja en la empresa, formándose en la misma y desarrollando sus capacidades, aunque sin ocupar un puesto ejecutivo. Es el relevo suave diseñado por Ortega, que desea retirarse plácidamente sus últimos años, pero a la vez dejarlo todo funcionando al máximo de sus capacidades, sin vuelcos que alteren el triunfal devenir de la empresa. Marta comenzó hace ya años desde abajo, atendiendo en tienda al cliente, y ha ido pasando por varias áreas y departamentos desde entonces.
Al fin y al cabo, la filosofía de la firma se basa en el trabajo en equipo y en la premisa de que todo es mejorable. Lo que requieren en "confiar en todos" y que cada empleado pueda plantear sus ideas, y ese proceder es el mejor reflejo de la ética interna de la empresa.
El día a día de Marta Ortega en las oficinas también sigue un horario similar al de su padre. Como él, come en el restaurante de Inditex, que ofrece un menú al sorprendente precio de quince céntimos. Se trata de uno de los muchos beneficios sociales de los trabajadores de Zara y que demuestra la filosofía de Ortega, al fin y al cabo interesado en el confort de sus empleados.
El menú permite elegir entre cuatro primeros y tres segundos, además de dos platos de plancha. Y la carta promueve la dieta mediterránea, con platos especiales por los que se cobra un extra de medio euro. También existe una tabla de calorías para que todos los empleados conozcan el valor nutricional del plato.
Los 78.000 empleados de la empresa también gozan de un plan extraordinario de participación en los beneficios de la marca. Ha estado en vigor los años 2015 y este 2016, e implica el reparto de casi 38 millones de euros entre los trabajadores. Son algunas de las ventajas de trabajar en el imperio de Amancio Ortega, se ocupe el puesto que se ocupe.