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Paz Vega: feliz de vivir en Los Ángeles y con ganas de volver

La actriz sevillana, que este año ha cumplido cuarenta años, interpretará a una monja en una próxima serie de televisión.

La actriz sevillana, que este año ha cumplido cuarenta años, interpretará a una monja en una próxima serie de televisión.
Paz Vega | Cordon Press

Hacía tiempo que nada sabíamos de las andanzas de Paz Vega, una de nuestras más bellas e interesantes actrices, que continúa viviendo en Los Ángeles junto a su marido y sus tres hijos, aunque su vida en la Meca del Cine, cerca del mítico Hollywood no la haya llevado a la vida frenética, por ejemplo, de su colega Penélope Cruz. Y eso que la sevillana, que este año ha cumplido cuarenta años, mantiene una actividad profesional nada desdeñable, como comentaremos seguidamente. La hemos visto, por los reportajes emitidos en televisión, paseando palmito por el reciente Festival de Málaga y hace una semana pisando la alfombra roja en La Croissette, en el Festival de Cannes. Con estilo, con elegancia, bellísima. Una joven mamá, como decimos de tres retoños, que puede seguir presumiendo de tipazo.

De aquí a los próximos meses su agenda de trabajo rebosa importantes compromisos tras rodar en México una serie para la pequeña pantalla en la que incorpora el papel de una inspectora de policía. Que se emita aquí, ya es harina de otro costal pues no suelen exhibirse muchas producciones aztecas. Más cercano es el estreno de una película que ha rodado junto a Adrien Brody, Emperador, éste en el papel de Carlos I de España y V de Alemania y ella en el de su hermana.

En Roma la esperan uno de estos días para el rodaje de un filme en el que dará vida a una rockera alcohólica, lo que pondrá a prueba su faceta dramática. Y durante este verano tiene firmado contrato con los responsables de otra serie televisiva de Telecinco, Perdóname, que la llevarán a los exteriores localizados en Cádiz y Barbate; culebrón en el que tendrá que lucir los hábitos de monja. Por si fuera poco, aprovechando los huecos que la dejen libre en esos trabajos tiene que cumplir con otro compromiso: ha sido designada la voz para los hispanohablantes de los spots que han de emitirse como promoción de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Paz Vega puede decirse que llegó al mundo del cine y la televisión con el presente siglo, cuando aún dudaba de si dedicarse al periodismo o a la interpretación. Nos hubiera gustado tenerla de colega, pero tras dos años en la Facultad de Ciencias de la Información se inclinaría finalmente por continuar recibiendo enseñanzas de Arte Dramático. Si la serie Siete vidas le proporcionó una rápida popularidad, sus interpretaciones en Lucía y el sexo, de Julio Medem, Hable con ella, de Almodóvar, El otro lado de la cama, de Martínez Lázaro y la versión que Vicente Aranda hizo de Carmen la convirtieron en una de las más sólidas promesas del cine español.

En esos primeros años del siglo XXI Paz Vega era frecuentemente reclamada en los medios de comunicación y sus imágenes se repetían en las revistas del color. Hasta que fue poco a poco ocultándose de esa presencia habitual. A ello contribuyó la distancia, tras ser reclamada en los Estados Unidos para intervenir en el rodaje de Spanglish. Y nuestra compatriota decidió instalarse en Los Ángeles, junto a su esposo, un atractivo venezolano que responde al nombre de Orson Salazar, que oficia de mánager suyo. Así es que se ven a diario, pues si ella viaja por razones de trabajo, lo normal es que él la acompañe. Sus hijos se llaman Ava, Orson y Lenon.

Paz Vega está pendiente de ellos, cuida su educación y sabe alternar perfectamente sus exigencias maternales con su profesión. Y a pesar de que su vida familiar en aquella gran urbe americana transcurre sin problemas, ella quiere cuanto antes venirse a vivir a España. No quisiera que su prole tuviera una educación eminentemente sajona perdiendo las raíces españolas.

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