En el mundo de la farándula son incontables las historias de amor que se suceden en la vida real, al margen de los argumentos de pura ficción. Es más común que eso suceda entre actores, pero hay asimismo directores que un día, ejerciendo su papel se fijan en una de las actrices del reparto, que a lo mejor no la han elegido ellos y se enamoran como un adolescente. Es, por ejemplo, lo que le pasó al bilbaíno Alex de la Iglesia, de cincuenta años, quien rodando una serie para la 2 de TVE, la parodia de ciencia-ficción Plutón BRB Nero, se quedó prendado de la joven, veinte años menor que él, Carolina Bang, que interpretaba el papel de una androide llamada Lorna. Entonces, esta tinerfeña de madre noruega, sólo contaba veintidós primaveras y estaba muy ilusionada con el mundo de la interpretación, en el que había recalado después de sus estudios de Arquitectura técnica.
Muy tesonero como buen chico del Bocho, Alex de la Iglesia no paró hasta conquistar a aquella rubia sexy y plena de encanto. Existía un obstáculo: él estaba casado; con la pintora y directora de cásting Amaya Díez, que le había dado dos hijas, Rebeca y Claudia. Esta boda tuvo lugar en 1997 y el flechazo de Alex con Carolina sucedió en 2008. Cuando el realizador vasco formalizó su noviazgo con Carolina Bang puso su situación matrimonial sobre la mesa, contó en casa que se había enamorado y Amaya Díez aceptó la separación del matrimonio. Los detalles, cual comedia de enredo, quedan para la intimidad de los interesados, aunque hay que decir que las dos mujeres de Alex de la Iglesia se conocen y no han existido desagradables escenas entre ellas. Dos años más tarde de que Alex iniciase su relación sentimental con Carolina, en 2010, aquel primer matrimonio quedaba definitivamente roto.
Alex de la Iglesia podría haber incurrido en algo por desgracia corriente en quienes ejercen el machismo y no quieren que su mujer labore. Ya sé, es algo antiguo: pero que sigue abundando. Y sin embargo, prefirió que su amor trabajara a su lado, diversificando incluso sus cometidos. Pues Carolina Bang (quien por cierto tiene Herrera como primer apellido) no sólo ha sido desde que se conocieron su actriz fetiche, sino también su socia en la productora que crearon, Pokeepsie Films. A ella le encanta estar ante las cámaras, a las órdenes de su esposo, pero encuentra asimismo fascinante su papel en la producción de películas o series televisivas. En el ya citado 2010, cuando Alex de la Iglesia obtuvo la separación de su primera mujer, rodó una de sus más taquilleras películas: Balada triste de trompeta, en la que figuró como protagonista Carolina Bang, quien debutó como estrella con buen pie, al punto que la nominaron para un Goya. En los años siguientes rodarían juntos La chispa de la vida, Musarañas, Las brujas de Zugarramurdi y Mi gran noche, esta última estrenada a finales del pasado año con Raphael de reclamo, a quien Alex de la Iglesia admiraba desde hacía mucho tiempo. No consiguió contratarlo en Balada triste de trompeta (título que aludía al de una versión que hizo el de Linares de un tema de Los Cinco Latinos) y no se rindió hasta conseguir su concurso en esa cinta que parodiaba un programa televisivo de estrellas una noche de fin de año.
Alex de la Iglesia es un hombre de mentalidad despierta y constante actividad. Ya lo era en su juventud cuando se licenció en Filosofía y Letras y llamó la atención de muchos lectores por el ingenio de los fanzines que hacía. De allí dio el salto al cine y a la publicidad. Sus películas no se parecen a las de ningún director español. Sorprendió en sus primeros filmes (Acción mutante, El día de la bestia y La Comunidad). Ha publicado un par de novelas, se supone que escritas en un periodo en el que a lo mejor no se le ocurría ningún guión cinematográfico, que es lo más habitual en él: Payasos en la lavadora y Recuérdame que te odie. Fue tajante cuando renunció a la Presidencia de la Academia de Cine, por discrepancias con la entonces Ministra de Cultura. Y ahora está pendiente de la producción de una película, Pieles, que no la realiza él, tarea en la que como decíamos le ayuda su mujer. Con la que por cierto ha celebrado en junio el segundo aniversario de boda.
El enlace fue en la parroquia de Sant Gregori, en Gerona, de una manera si no del todo íntima al menos con una reducida asistencia de actores amigos, con los que el novio siempre ha tenido relación en sus películas, en las que aparecen casi siempre los mismos: Santiago Segura, Fernando Tejero, Terele Pávez, Pepón Nieto, Alex González, Macarena Gómez ¿Saben ustedes que aquella boda terminó a tiros? Como lo leen. Los felices contrayentes e invitados se dirigieron al lugar convenido para la cena, el lunch nupcial que se dice. Llegada la hora de que Alex y Carolina procedieran, cuchillo en mano, a partir una espectacular, voluminosa tarta, ante la expectación de los reunidos, comenzaron a escucharse tiros por todos lados. Hubo más de uno que se escondió bajo las mesas del local, presa del miedo. De aquella tarta monumental de varios pisos resulta que había surgido un tipo mal encarado que, metralleta en mano disparaba ráfagas de balas a diestro y siniestro. ¡Ni que estuviéramos contemplando Acción mutante! Lo que sucedió fue ni más ni menos una ocurrencia del complacido novio, que había contratado a un especialista para este gag que puso broche a la fiesta nupcial. La novia no paraba de reír, aunque no sabemos si estaba o no avisada de aquella siniestra broma.