El rey Felipe VI tiene un carácter muy diferente de su padre, el rey emérito Juan Carlos, y eso en ocasiones ha llevado a confusiones. Eso se desprende de la sección de Pilar Eyre en Lecturas, en la que explica que el monarca, siempre serio y adusto, en ocasiones puede pasar por antipático, sobre todo si le comparamos con la campechanía que exhibía su padre.
La periodista recuerda el famoso “¡Juanito, cabronazo, ya sé que te jubilas!” que un simpático Juan Carlos espetó al fotógrafo Juan Chávez, a modo de contraste con la escasa locuacidad de Felipe, que apenas se limitó a mascullar un “si les gusta...” en relación a sus hijas y la pregunta de si saldrían a navegar en Mallorca con sus primos.
“Conocemos a Felipe desde pequeño, pero es como si nosotros fuéramos transparentes, aunque no lo hace por soberbia sino por timidez y por terror a parecerse a su padre”, confesaron a Eyre los periodistas que siguen de cerca los pasos de la Familia Real, una opinión que la periodista comparte. Esa razón es la que lleva a Felipe a interactuar entre poco y nada con los periodistas, y mucho menos a hacer bromas con ellos.
Este factor se extiende también a Letizia, que “ha perdido toda complicidad con nosotros para volverse tan inexpresiva como su marido”. Eyre considera también que este año la institución al menos parece haberse dado cuenta de la importancia icónica de una buena foto con todos los miembros de la Familia Real, reunidos, algo que no ocurrió en años anteriores para descrédito de la institución.