Este fin de semana se produjo una de las citas más esperadas del mundo del corazón... y del universo Sálvame. Uno de sus colaboradores más mediáticos, Kiko Matamoros, se casaba con otra histórica del mundo del corazón patrio, Makoke, en un bodorrio secreto y a todo trapo al que acudieron multitud de invitados... uno de los cuales acabó filtrando más de lo debido.
La publicación de unas imágenes de los novios antes de la llegada de la exclusiva (Lecturas y Semana adelantaron su publicación al lunes para incluir todas las fotos de Kiko y Makoke) ha amargado la existencia a ambos y ha creado la consiguiente e inevitable polémica en el espacio vespertino del corazón.
Matamoros manifestó su sorpresa por el suceso, asegurando que "es un fastidio que se filtren fotos o vídeos de una celebración con exclusiva". Unas declaraciones que incluyen una velada amenaza: "Cada medio sabrá dónde quiere llegar, y eso es una cuestión suya". Aunque en términos generales considera la boda como un éxito, sí es cierto que esta filtración ha afectado en cierto modo su buen humor.
Se abre, pues, la búsqueda de la persona que ha filtrado las imágenes publicadas online, que a la fuerza ha de ser amigo de la pareja, ya que a la fiesta solo acudieron personas cercanas a Kiko y Makoke. "Que tenga seguro de que voy a saber quien ha sido, me parece que cuando hay alguien tan indeseable, es mejor saber quién es y apartarle de tu vida".
Las primeras sospechas hacían referencia al "otro" Kiko, Kiko Hernández, compañero de trabajo de Matamoros, quien se apresuró a despejar dudas sobre él. El colaborador sigue confiando en su amigo y colega, y apunta a otra dirección diferente... o varias, ya que las imágenes parecen provenir de varios dispositivos diferentes. "Para nada él, lo sabe él que ya se lo he dicho. Pongo la cabeza por Kiko en ese sentido", explicó en antena.
Y aquí entran las sospechas en torno a María Patiño y Jesús Manuel, también colaboradores del programa. Una imagen tomada en el banquete y que después Carlota Corredera reenvió a varias personas, entre ellas ambos, podría dar la clave del asunto. "La persona que tomó esa foto está libre de toda sospecha, me vais a permitir que no diga quién es porque está libre de toda sospecha, y sabéis quién la hizo. Tomó la foto porque nosotros se lo dijimos. Lamentó tomarme la foto y lamentó haberla enviado". La clave está, pues, en los reenvíos posteriores de la imagen tomada con el teléfono de Carlota Corredera.
Mientras Patiño se apresuró a negar la mayor ("España sabrá de dónde viene esa fotografía aunque me quede sin extensiones"), el segundo lo hacía con mucho menor entusiasmo. Corredera apuntó que se siente igualmente traicionada, tanto como los novios, sintiéndose culpable de que la imagen proviniera inicialmente de su teléfono, donde aparece ella y que después fue enviada a sus "dos compañeros y amigos".
Para Kiko, por su parte, se trata de una traición en toda regla, ya que él confiaba personalmente en todos y cada uno de los invitados. "Evidentemente no iba a poner a la Gestapo a cachear a la gente ni incomodar a nadie. Sabíamos que asumíamos un riesgo, pero el tema económico es incomparable con el placer de poder dar a mi familia la posibilidad de dar un recuerdo de ese día", explicó en el programa Sálvame a través de una conexión telefónica.