Bárbara Rey asistió acompañada de su hija Sofía Cristo al ya tradicional almuerzo que organiza la peña periodística "El Cuarto Poder" en el madrileño restaurante Casa Lucio. No es fácil verla por la capital del Reino, ya que tiene que pasar grandes temporadas en su tierra natal, Murcia, a consecuencia de tener que cuidar de su hermano que está gravemente enfermo tras un diagnóstico de cáncer de colon con metástasis. Como ella misma comentó, ha sido una gran equivocación porque después de estar sometido a un fuerte tratamiento para intentar erradicar esa terrible enfermedad, al final se dieron cuenta que lo que tenía era una úlcera. A consecuencia de eso, se le complicó con una neumonía, que ha estado a punto de costarle la vida. "Ha estado muy grave, perdió tanto peso que solo tenía huesos y piel; ahora estamos más esperanzados pero hemos pasado unos meses horrorosos, esperemos que pueda logar recuperarse", declaró.
Por otra parte, también comentó lo feliz que estaba por la recuperación de su hija de sus adicciones. "Fueron unos meses muy amargos, pero ha superado todo y está totalmente curada", así lo explicó llena de satisfacción.
La que fuera esposa de Ángel Cristo se queja de lo olvidada que está desde el punto de vista profesional. "Desconozco la razón, pero el caso es que no me llaman. Pensé que iba entrar en MasterChef porque así se lo dijeron a mi representante, pero en el último momento no me llamaron, como tampoco lo han hecho por la celebración del 60 aniversario de la llegada de la televisión a España. Tengo unos conocimientos muy buenos de cocina, de hecho tuve hace unos años un programa en Canal 9, en Valencia, durante varios años, y sé perfectamente de ese tema, pero las cosas son así y no puedo hacer nada", comentó con cierto disgusto.
Respecto a su vida privada, sí admitió que hay una persona en su vida con la que se siente muy querida, aunque no quiso dar más detalles. "He sido muy generosa en el amor, aunque no he tenido demasiada suerte, y probablemente sea yo la culpable".
Bárbara, según comentó, no tiene un gran interés en escribir sus memorias, y piensa que es mejor callarse de muchas cosas, porque no le gusta hacer daño a la gente, y menos que se lo hagan a ella. "Lo que sí puedo decir, es que hay unas cuantas personas que se cruzaron en mi vida, que deberían haber estado en otro país".
Sus hijos saben todo lo referente a su vida. "Prefiero que lo sepan por mí, mejor que yo no se lo va a contar nadie, así evito malas interpretacione y posibles cosas que no sean ciertas".
Respecto a la amiga del Rey Juan Carlos, Corinna, dijo que no la conocía de nada, pero que tampoco tenía interés alguno. "No tengo nada en contra de esa persona, pero tengo muy claro que no tiene nada que ver conmigo. No soy nada materialista, no me puede quitar nada porque no lo tengo, como mucho algún muerto de encima", comentó entre risas. Dependiendo del día se considera monárquica, y respecto al actual Rey, dijo que le parecía estupendo y que lo estaba haciendo muy bien, a pesar de lo difícil que lo tenía. "Creo aquí es buena gente, se nota que tiene buenos sentimientos, además tiene una cosa buenísima, que no tiene hambre, y cuando eso ocurre, se es mucho más generoso porque tiene sus necesidades cubiertas. Una persona que se dedica al pueblo, si no tiene hambre es fantástico, porque todos los que han aparecido con esa carencia nos ha quitado el alma, y se han ido forrados. Por esa razón, es mejor que quien venga, lo haga con la barriga llena, a parte me parece muy buena persona".
De la reina Letizia piensa que lo está haciendo muy bien. "Tiene un trabajo muy difícil y, sobre todo, no perteneciendo a ese mundo. Es muy dura esa profesión, y hay que ser muy ambicioso para hacerlo bien".
Con la naturalidad que le caracteriza, sí admitió que en su momento temió por su vida, por la cantidad de cosas que sabe, pero que en la actualidad, no. "Ya no estoy vigilada, ni mucho menos, puedo estarlo igual que lo puedes estar tú, por razones diferentes, ahora pienso que lo estamos todos".
