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Sharon Stone, 25 años después del escándalo

Hace un cuarto de siglo Sharon Stone saltó a la fama con el famoso cruce de piernas de Instinto básico.

Hace un cuarto de siglo Sharon Stone saltó a la fama con el famoso cruce de piernas de Instinto básico.
Sharon Stone, en 'Instinto Básico' | Cordon Press

Ha transcurrido un cuarto de siglo y muchos cinéfilos recuerdan con todo detalle la escena erótica que encumbró a una casi desconocida entonces Sharon Stone cuando se cruzó de piernas ante la sorprendida mirada de Michael Douglas, absorto porque ella… "se había olvidado" ponerse su ropa interior. La propia actriz norteamericana, natural de Pensilvania, que este pasado 10 de marzo acaba de cumplir cincuenta y nueve años y sigue con un físico espléndido, vaya donde vaya ha de responder siempre al sagaz reportero de turno qué piensa de aquella secuencia que rodó a las órdenes de Paul Verhoeven. Y es que Instinto básico escandalizó en su día a más de un espectador, a partir de su estreno el 20 de marzo de 1992 en Estados Unidos, como también ocurrió en otros países. La estrella había comentado con el director cómo iba a enfocar aquella escena. Ella no llevaría bragas, pero él le aseguró que no se le vería su parte más íntima. Le mintió. Y el día del estreno la actriz le pegó un broncazo a Verhoeven y un par de bofetadas, indignada. Eso es lo que se contaba en los mentideros de Hollywood y lo que recogía en un reportaje Juan Vilá.

¿Era pacata Sharon Stone y verdaderamente no constaba en el guión que la cámara enfocaría tan indiscretamente su sexo? Tres años antes de que ello sucediera, la actriz estuvo en España rodando un "remake" de Sangre y arena, sobre la conocida novela de Blasco Ibáñez, en el personaje de doña Sol. Su realizador fue Javier Elorrieta, quien me comentaba que ni durante la filmación de esa película ni en sus encuentros fuera del estudio hubo nada que denotara en ella rasgos concernientes a su sensualidad. Por supuesto que era muy atractiva, pero ni se vestía para salir a cenar o a una discoteca de forma llamativa ni conversando daba la impresión de estar interesada en cuestiones eróticas. "Me pareció muy tímida", concluyó Elorrieta.

Volviendo a detalles anecdóticos sobre Instinto básico, vaya por delante que la versión que se estrenó en Norteamérica tenía cuarenta y dos segundos menos que la que se conoció en Europa. Bien saben las grandes productoras allí que no se autorizan determinadas escenas, por lo que los directores saben de antemano a lo que se exponen. Y las que aquí nos ocupan corresponden al instante en el que Sharon Stone, en su papel de escritora, bisexual y finalmente asesina y Michael Douglas, detective encargado de averiguar la muerte violenta de un rockero, practican sexo oral. Por supuesto que ambos procuraron fingir aquello, entre incontenibles risas nerviosas. Puede que las pocas que intercambiaron pues durante el rodaje apenas si hubo comunicación entre ambos, al margen de cumplir con su trabajo, y afuera, ni se despidieron ni tomaron siquiera una cerveza. ¿Tenía celos él de ella? No debiera pues dada su cotización Michael Douglas cobraría quince millones de dólares mientras que Sharon Stone sólo se conformaría con quinientos mil. A lo que no se atrevió Michael fue a enseñar su miembro viril, pues Paul Verhoeven, sin cortarse un pelo, fue y le dijo qué pensaba si pudiera filmar su pene en todo su esplendor. Poco menos que colorado, parece ser, se quedó el gran actor. Pero es que, por lo dicho antes sobre esa censura implacable que existe en el cine americano, tampoco los productores se entusiasmaron con la idea de que hiciera tal exhibición.

Ya estrenado Instinto básico se comentaría que Michael Douglas medio bromeó diciendo que debiera haber aceptado aquello que le proponía el director al comprobar que la gente que salía de los cines, e incluso en los periódicos y revistas, se hablaba más de ella que de él, por cuenta de la supuesta escandalosa escena. Con el tiempo, Sharon Stone ya no se sentiría avergonzada de haberla rodado, aun inconsciente de la toma definitiva de marras. Su papel, digamos de paso, le llegó por pura carambola, ya que lo habían rechazado sucesivamente, una a una, las siguientes estrellas: Julia Roberts, Michelle Pfeiffer, Kim Bassinger, y alguna otra.

Bueno, hay que recordar sobre aquella timidez que sobresalía en ella en Madrid que un año más tarde, en 1990 la convencieron para salir sin ropa en Playboy, en la portada y en las páginas preferentes. Ya se sabe que esta publicación siempre ha cuidado la estética de esos desnudos para que en ningún momento rocen la pornografía. Incluso hace un par de años, con cincuenta y siete en su pasaporte, repitió reportaje, esta vez para Harper´s Bazaar, asimismo cuidado el equipo fotográfico de la célebre revista de modas su cuerpo al milímetro, también alejada de cualquier obscena sugerencia. Pero en la pantalla qué duda cabe que Sharon Stone supo sacarle partido a su físico y al famoso cruce de piernas. Primero porque a las pocas fechas del estreno mientras conducía su descapotable se vio de repente rodeada de admiradores en demanda de autógrafos. Nunca le había sucedido cosa igual, y como la escena se repitiera otros días resolvió ir a la consulta de una psiquiatra, quien le recomendó tomarse aquello con absoluta naturalidad. Tiempo después lamentó aquel dictamen médico pues tuvo que someterse a los cuidados de un especialista, comprobando que esa desbordante popularidad no puede asumirse siempre y sin darle importancia alguna. El caso es que n 1993 hubo de rodar Acosada junto a William Baldwin y volvió a ocurrirle lo que con Michael Douglas: que tenían que simular ante las cámaras unas tórridas escenas sexuales, tras las que, finalizadas, ninguno de los dos se dirigía la palabra. Evidentemente se detestaban. Tan mal se llevaron que en una secuencia en la que Sharon Stone dudaba entre quitarse o no sus "panties", Baldwin le dijo que no se preocupara: "Total, si tu "chichi" ya lo ha visto todo el mundo en Instinto básico…" Pelín grosero estuvo el galán. Para invitarlo a una conferencia en el Día Internacional de la Mujer…

En adelante, temiendo que su situación profesional decayera hubo de firmar contratos con escenas crudas de sexo, por ejemplo en El especialista, junto a Sylvester Stallone. En 2001 tuvo un inesperado derrame cerebral provocado por un aneurisma, una arteria rota. "Tu cerebro está sangrando", le dijeron. Los cirujanos se la repararon con veintidós espirales de platino. Salió tartamudeando del hospital, sin poder leer tampoco. Le quedaron algunas secuelas. Pero se salvó de una posible muerte. Durante la operación, contaría al despertarse, creyó ver esa luz blanca y un túnel que es lo que han contado otros pacientes en parecido trance. Aportó a sus familiares un dato real, junto a imágenes de amigos desaparecidos, el de la imagen de dos bebés muertos que había tenido, lo que corroboró su padre. Haber salido adelante de aquella intervención la llevó a sentir una búsqueda espiritual, que parece encontró en el budismo, aunque esa experiencia dio al traste con su segundo matrimonio, con el periodista Phil Bronstein, y la pérdida de un niño que habían adoptado, Roan. Anteriormente estuvo casada, entre 1984 y 1987 con Michael Greenburg, y tuvo otras parejas, con George Englund Jr. y Williams McDonald. Adoptó otros dos niños, Lair y Quinn.

Profesionalmente, a raíz de aquella complicada operación y los problemas mentales que padeció luego, su nombre fue olvidándose, y se decidió en 2006 por protagonizar la segunda parte de Instinto básico. Fue un absoluto fracaso. También rodó una "bio-pic" sobre la cantante Lovelace. En 2012 vino de nuevo a España para intervenir en la película "What About Love" (aquí estrenada como Mujer contra mujer, de contenido lésbico), acompañada de Andy García y Miguel Ángel Muñoz. Recordando que había estado años atrás rodando Sangre y arena hizo unas manifestaciones para Telecinco: "Me encantan los toros. Son la poesía de España, parte de la cultura histórica y de los símbolos de este país". Los taurinos se lo agradecemos. Al año siguiente se emparejó con Martin Mica. En 2015, ya completamente recuperada de sus alifafes intervino en la serie de televisión Agente X, en el personaje de una vicepresidenta de los EE.UU., en tanto el pasado año rodó cuatro películas, lo que significa que ha recobrado popularidad, amén de que su físico, insistimos, merezca nuestra admiración. Hacia un mito erótico con el que, más de una vez soñamos.

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