El portavoz adjunto de Unidos Podemos, Alberto Garzón, será muy comunista, pero, desde luego, no se corta a la hora de disfrutar del lujo gracias a sus ingresos públicos como diputado del Congreso. La gran boda que protagonizó a finales del pasado agosto con su hoy mujer Anna Ruiz fue de alto copete, ya que se celebró en un bodega riojana, con cerca de 250 invitados, muchos del mundo de la política y del espectáculo, y sin reparar en gastos.
Y si la boda fue por todo lo alto, la luna de miel no podía ser menos. En los próximos días, Garzón iniciará una larga y lujosa luna de miel con su pareja. Según ha podido saber Chic de fuentes de la propia Izquierda Unida, el diputado ha solicitado todo un mes de vacaciones para viajar, entre otros destinos, a Nueva Zelanda, justo al otro lado del globo, el país más alejado de España y uno de los más capitalistas y liberales del mundo, tal y como muestra su alto nivel de vida.
Y es que el suntuoso viaje de su segundo amado líder, tras el incólume Pablo Iglesias, no ha sentado demasiado bien entre las filas de su formación. En primer lugar, por la situación política que atraviesa el país. Miembros de su grupo parlamentario le echan en cara que se vaya justo ahora, en plena negociación de los Presupuestos Generales del estado, siendo Garzón uno de los responsables del área económica de su partido. Además, a ello su suma el desafío separatista, con el referéndum del 1 de octubre a la vuelta de la esquina, y los plenos ordinarios del Congreso, a los que, evidentemente, no asistirá.
Pese a ello, tampoco se le va a echar mucho de menos, puesto que, según algunos de sus compañeros, Garzón no es, precisamente, uno de los diputados más activos de la formación, más bien al contrario. Es decir, que, para lo que trabaja, su ausencia se notará poco.