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Los millones que ganó Fernando Esteso... y nunca ha podido recuperar

Fernando Esteso cumple 75 años, 60 de los cuales los ha pasado en los escenarios.

Fernando Esteso cumple 75 años, 60 de los cuales los ha pasado en los escenarios.
Esteso y Pajares, en un rodaje | Cordon Press

Tienen a veces muchos cómicos de fama los contrastes de la farsa y la vida representadas con una doble máscara, la careta que los identifica desde muy viejos tiempos. Conocen la miseria, el paro, las amarguras de una profesión que depende constantemente del éxito y los aplausos. Algunas veces se hacen millonarios. Y desgraciadamente, por muy diversas razones, ese dinero que tanto les costó reunir se esfuma. Y como en la canción de Cole Porter, si aún les responden sus facultades, vuelven a empezar, en una rueda de la fortuna que ya, probablemente, no les permitirá recobrar lo perdido.

Fernando Esteso, mañico de Zaragoza nacido el 16 de febrero de 1945, cumple aparte de esos setenta y cinco años de vida, sesenta en los escenarios pues fue a los trece, aunque apareciera en la compañía de sus padres con cinco años en una función, cuando se convirtió en cómico profesional. Polifacético. Contando situaciones cómicas, o participando en "sketchs". Un caricato, que lo mismo ha imitado a los mejores cantantes que ha interpretado las jotas de su tierra con toda solvencia. Una vida azarosa la suya que en los años 60 y primeros 70 formó parte de importantes compañías de variedades, encabezadas por Estrellita de Palma, Manolo Escobar, Rafael Farina, Rocío Jurado…Fue en Valencia donde vi actuar precisamente en el elenco de la cantante gaditana a un todavía poco conocido Fernando Esteso, que me resultó divertido y original en su arte. Se daría a conocer ya en toda España a mitad de esa década setentera en un programa de Televisión Española, Tarde para todos, donde sacó a relucir sus mejores "gags" y personajes: "El Agustinico", "El Azuquiqu", "El Bellotero"… Se cogía una supuesta "tajada" anunciando falsamente el coñac La Parra y daba a conocer con letra del inefable Lauren Postigo su luego tan traída y llevada "La Ramona".

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Y a partir de entonces volvió a recorrerse España entera, eso sí ya contratado él solo, como figura. Y poco a poco se hizo millonario. Contribuyó a su popularidad y a su patrimonio su faceta de actor cinematográfico. Desde que un productor, José María Reyzábal, tuviera la ocurrencia de juntarlo como pareja de Andrés Pajares en Los bingueros, año 1979, su imparable carrera siguió adelante, con títulos que se siguen reponiendo en la pequeña pantalla: Yo hice a Roque III, El soplagaitas, Los chulos, Los liantes, hasta 1991 con El amor sí tiene cura. A partir del año siguiente, el cómico entró poco a poco en un declive, a lo que él mismo, por su mala vida, contribuyó sin lugar a dudas.

Ya me lo había advertido su representante: "Estoy preocupado por Fernando. No es el de antes, no me hace caso, está jugando con su salud, con su trabajo…". Malas compañías. El juego. Pero más que nada el descenso al infierno de la droga. Y sus millones se fueron esfumando. Vivía con María José, su esposa y sus dos hijos en un lujoso chalé a las afueras de Madrid. Tuvieron que venderlo para atender deudas y para seguir viviendo. Y no sólo esa propiedad. La inesperada muerte de María José acentuó aún más la tragedia para el cómico.

Veinte años de vida matrimonial que se habían ido al garete, antes del fallecimiento de María José. Porque ya la pareja evidenciaba su distanciamiento. Ella no comprendía aquellos malos pasos de su marido. Cuando en julio de 1992 decidieron separarse e iniciar poco a poco el divorcio, María José sufrió una terrible depresión. ¿Aceleró ello su muerte? En septiembre conseguí publicar la exclusiva de que la pareja había roto para siempre, Fernando me confesó, en la "roulotte" que utilizaba en sus desplazamientos, lo siguiente: "He tenido problemas económicos… Y en esa situación… Poseo todavía patrimonio suficiente para resolver todo lo que debo pero ha sido ella quien ha tomado la iniciativa para separarnos legalmente. No puedo olvidar la última noche que estuvimos juntos. En el dormitorio, mientras me despedía y salía para siempre de nuestra casa, me puse a llorar". Cuarenta y siete años tenía entonces Fernando Esteso. Y ahora, a los setenta y tres, su vida ya no es, ni remotamente, como la que disfrutaba feliz con su familia, en los años 80, con una saneadísima cuenta en los bancos, sin preocupaciones económicas… Millonario, ya decíamos. Y además con su carácter sano, de buena persona, divertido… ¡Cómo cambió por culpa de sus excesos…!

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No hubo en su separación matrimonial ninguna mujer de por medio, aunque siempre se sospechó que alguna vez sí estuvo muy enamorado. Por ejemplo, cuando contrató de primera figura en el madrileño teatro Calderón a Norma Duval, de la que sólo se sabía entonces que había sido elegida Miss Madrid. Unos años después de aquel espectáculo, la contrataron como estrella del "Folies-Bérgere", de París. El mazazo que en la desgracia de Fernando le supuso la desaparición de María José le hizo estar más cerca de sus hijos, sobre todo del varón, quien luego se convirtió en su representante. Tuvo un penúltimo golpe afortunado al ganarle el juicio a Telecinco por incumplimiento de contrato, cuando había dejado de emitirse aquel programa de la ruleta. Y se encontró con algo más de un millón de euros, que fueron el alivio que precisaba para salir a flote. Emprendió algunos negocios, fallidos desde luego, en las provincias de Murcia y Almería, un bar, un restaurante… Poco sabía él de tales empresas gastronómicas. Y hasta se convirtió en "mánager" de un corredor de motos, al que dejó tras convencerse que no era precisamente un Sito Pons. Luego, lentamente, fue saliendo del pozo negro en el que se había metido, volvió a sus actuaciones, hizo reir al público, aunque ya esos "shows" eran pálido reflejo de los tiempos en que llenaba las mejores salas y teatros. Se habló de que Esteso y Pajares volverían a formar pareja. Pero los proyectos se desvanecieron pronto. Y Fernando Esteso volvió de vez en cuando a las televisiones, sobre todo a alguna tertulia del corazón, hizo colaboraciones en ocasionales rodajes para protagonizar hace un par de años la película de extraño título y pobre resultado: Re Emigrantes.

Lo último que ha hecho Fernando Esteso ha sido semanas atrás en el viejo teatro Apolo, del Paralelo de Barcelona, donde ya no quedan apenas restos de aquellos teatros, salas de fiestas y cines de pasados tiempos. En esta ocasión, estaba anunciado por debajo del nombre de Lita Claver "La Maña". Resulta que esta gitana que en sus buenos años enseñaba los muslos y representaba parodias flamencas, con pícaras intervenciones en el patio de butacas junto a espectadores de boina en su mayoría, es paisana de Esteso y tiene su misma edad: cumple el 25 de febrero los mismos años, setenta y tres. Se inició en la compañía de variedades de los padres de Fernando. O sea, que se conocen desde que eran niños. Y cuando "La Maña", que se llama realmente Emilia Giménez Giménez, decidió retirarse definitivamente del mundo del espectáculo llamó a Fernando Esteso, con el que ha venido representando Un reencuentro inolvidable. Si ella ha dicho adiós a los escenarios, Fernando Esteso quiere continuar en ellos hasta que tenga fuerzas. Sueña con recuperar parte de los millones que perdió por su mala cabeza. Empeño difícil, aunque de ilusiones también se vive.

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