Sonia Ferrer vuelve a ser el centro de atención de la prensa rosa. La principal razón es haberse convertido en uno de los últimos fichajes televisivos de Telemadrid, que ha orquestado el que será su regreso al medio con un nuevo programa, De todo corazón.
Pero la segunda de ellas son sus dramáticas declaraciones en la revista Lecturas. Sonia confiesa en una entrevista el capítulo más duro de su vida, un tumor en la columna que truncó su trayectoria como bailarina de danza clásica.
La presentadora estuvo en un internado de danza clásica en Francia, y apuntaba maneras en ese área. "Tuve un tumor en la columna que me estrangulaba la médula. Fueron dos años muy malos, entre los 17 y los 19. Justo había acabado la carrera de danza clásica y todo se acabó. Sacrifiqué mi infancia, sin mi familia cerca, y lloraba todos los días".
Sonia Ferrer todavía lo califica como "el peor momento" de su vida, aunque nunca ha querido contarlo con dramatismo. Pero nada la hace olvidar que los médicos incluso la "llegaron a preparar para ir en silla de ruedas".
El resultado de la recuperación bien valió un pequeño tatuaje, "una estrellita debajo de la cicatriz, creía que así la gente no se fijaría". Al regresar a España, estudió turismo y hizo publicidad hasta que consiguó saltar a la televisión y al programa Gente. Y el resto, como quien dice, es historia.