Iván Mañero es uno de los médicos españoles especializados, no solo en cirugía plástica, sino también en operaciones de cambio de sexo. Aparte de tener una de las clínicas con mayor prestigio a nivel nacional e internacional, una en la localidad catalana de San Cugat del Vallés y otra en Madrid, dos veces al año viaja hasta Guinea-Bissau, donde tiene un orfanato, un colegio y un hospital donde atiende a mujeres que han sufrido mutilación genital o quemaduras. Al no haber luz eléctrica, allí hay muchos accidentes de niños, aparte de las mutilaciones por minas antipersonas.
Mañero ha sido el último invitado que ha estado reunido en torno al ya tradicional almuerzo con los miembros de la peña periodística El Cuarto Poder, en el emblemático restaurante Casa Lucio, en Madrid.
Disfrutando de los clásicos huevos rotos con patatas, entre otras especialidades, comentó al preguntarle cuál era su opinión acerca de los retoques estéticos de la Reina que "Doña Letizia pertenece a ese grupo de mujeres cultas e inteligentes pero que sucumben a la belleza. La belleza es rara y nos gusta. Sí los diamantes aparecieran en la calle, y fueran fáciles de obtener, no tendrían ese valor, y dejarían de gustar. Los medios han bombardeado tanto la belleza que han hecho que lo raro parezca lo habitual", dijo.
Haciendo un repaso de personajes conocidos, comentó a nivel estético lo destrozada que estaba Melanie Grifith, lo guapa que le parecía Penélope Cruz y lo bien que estaba operada del pecho, y lo mucho que le gusta como actriz. Reconoció que Isabel Preysler no le gustaba, aunque admitió lo bien que estaba a su edad y tras haber tenido 5 hijos. Yñadió que para él la mejor de todas,era la actriz Charlize Theron. "Doña Letizia está muy bien operada, todavía es joven, tiene muy buena piel, es muy atlética, y cualquier cosa que se haga se le va a notar. El medico es el responsable de decir basta, no se pueden pasar los parámetros. No hay gente bella todos los días. El elemento más importante de la belleza, es la piel, es la que te inmediatamente te informa si tienes alguna anomalía o enfermedad", explicó.
El doctor tiene sus teorías propias. "Es muy importante tener empatía con los pacientes, y hay veces que se quieren hacer cosas y hay que decirles que no. Por ejemplo , vienen a la consulta mujeres recién separadas, y yo les digo que a su marido, por mucho que yo les haga, no se lo voy a traer de nuevo. Tienes que hacerles razonar si es el momento o no de operarse". En el trascurso del almuerzo, contó alguna anécdota, y una de las que más sorprendió fue lo que pretendió una mujer cuando le visitó hace unas semanas. "Vive en Londres, y me dijo que se quería cambiar de sexo; ella es homosexual y se había enamorado de una mujer rumana, que era heterosexual, y que estaba dispuesta por amor a cambiarse de sexo. Eso está totalmente prohibido, aunque no deja de ser un acto de amor".
El tema del independentismo catalán también surgió, como era de esperar. "Hasta hace poco tiempo, en mi entorno no te parabas a pensarlo demasiado. Solo te interesaba trabajar, y lo dejabas un tanto apartado, y es un error el no participar. Ahora la gente empieza a posicionarse, la situación social ha cambiado, sobre todo el comportamiento en una comida familiar, no se habla de política. Lo que sí puedo decir es que mi clínica estaba a punto de convertirse oficialmente en universitaria, viene gente de todo el mundo a aprender, aparte de toda España. Yo necesitaba que fuera un centro hospitalario universitario para poder acreditar a ciertas personas, y todo eso depende del Ministerio de Sanidad de Madrid. Nos lo tenían que haber dado ahora, pero ha habido una llamada, y nos han dicho que nos esperemos. Está todo parado. La clientela no me ha bajado de manera global, lo que sí han cambiado son los porcentajes. Sí yo operaba un 34% de extranjeros, ha bajado a un 15%, anulan porque piensan que estamos en guerra civil. Tengo 100 familias que dependen de mí, y me podría plantear cambiarme de ciudad". Así de claro lo contó.