Froilán o Pipe, como le conocen en su círculo más cercano, siempre ha ido por libre, sobre todo desde que alcanzó la mayoría de edad. Al nieto mayor de los reyes eméritos le gusta salir de fiesta como a cualquier joven de su edad, con una gran diferencia: él necesita escolta para moverse donde quiera que vaya. Y esta faceta fiestera podría haber terminado con la paciencia de sus guardaespaldas.
Tal y como desveló Gustavo González en Sálvame, Froilán se ha quedado sin escolta por mal comportamiento. "La escolta está tan cansada de sus conflictos, broncas, horarios intempestivos y caprichos, que se ha negado a escoltarle porque no son niñeros". El colaborador añadió que el equipo de protección es de su madre la infanta Elena, así que han decidido ser rigurosos y trabajar sólo para ella, no para su hijo.
La seguridad está para proteger, pero no para aguantar sus continuos conflictos. Suso, otro de los colaboradores que se encontraba en el programa contó que en una discoteca propiedad de un amigo suyo montó un escándalo y "tenía una arrogancia que no lo paraba nadie, incluso gritando a la seguridad".