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La triste muerte de la primera novia de Imanol Arias

El actor Imanol Arias da ahora la alternativa en el teatro a su hijo Jon. 

El actor Imanol Arias da ahora la alternativa en el teatro a su hijo Jon. 
Imanol Arias presentando La vida a palos | Cordon Press

Hace veinticuatro años que Imanol Arias no se subía a un escenario. Entonces fue en Buenos Aires, en Calígula, una tragedia que ya cuatro años antes representó en el teatro Bellas Artes de José Tamayo, en Madrid. El porqué ha estado tanto tiempo ausente de las tablas, fundamentalmente, se debe al éxito de la serie de televisión Cuéntame, que lleva emitiéndose la friolera de ¡diecisiete años! El doble aliciente ahora es que, no sólo puede verse al popular gran actor cara al público: es que lo hará junto a su primogénito, Jon, nacido en 1987 de su larga relación con Pastora Vega, a quien utilizando una expresión taurina, "dará la alternativa" escénica.

La obra en cuestión que los unirá en escena por vez primera tiene, precisamente, un argumento que gira al reencuentro entre un padre distanciado de su hijo. No es el caso real, desde luego, de Imanol y Jon, que siempre han mantenido asiduo contacto. Pero además existe una historia auténtica que gira en torno a los motivos del estreno de La vida a palos (Testamento), de un autor absolutamente desconocido para el gran público y nos atreveríamos a decir que inédito para la crítica: Pedro Atienza, muerto en 2014. Años atrás estuvo persiguiendo, literalmente, a Imanol Arias, llamándolo por teléfono al tres por dos, tras entregarle un texto de carácter autobiográfico. Pretendía que Imanol lo transformara en obra de teatro y lo estrenara. Imanol "le iba dando largas",porque entre otras cosas, aquella especie de memorias, de contenido dramático acerca de una vida desgraciada, distanciado de su hijo cuya potestad le habían negado, carecía de estructura escénica. Y en vida de Atienza aquellos folios quedaron escondidos en algún rincón de la vivienda de Arias. Muerto Pedro Atienza, una especie de quemazón, de mala conciencia al obsesionarse con que ese desconocido escritor le había confiado aquel legado tan personal y no lo había dado a conocer por muchas promesas que mediaran para "quitarse de en medio" a tan persistente dramaturgo en potencia, optó por buscar a quien pudiera transformarlo en una pieza representable, hallándolo en la persona de José Manuel Mora, con quien Imanol colaboró hasta convertirlo en la obra que el próximo 28 de junio va a estrenarse en el teatro Campos Elíseos, de Bilbao y una semana después en los madrileños Teatros del Canal, para más tarde trasladarlo a tierras de Uruguay y Argentina, donde Imanol Arias goza de una gran notoriedad.

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Imanol Arias, Jose Manuel Mora, Carlota Ferrer | Cordon Press

Manuel María es el doble nombre real de este actor nacido hace sesenta y dos años, cumplidos en abril último, en Riaño, pueblo ya desaparecido bajo las aguas de un pantano, quien adoptó el apelativo de Imanol cuando con su familia se radicó en la población vasca de Ermua. Allí es donde empezó a forjarse el futuro actor en compañías de aficionados. Iba para tornero, fresador o electricista. Pero en una ocasión en la que conoció al ya prestigioso Juan Diego éste alentó al neófito actor a trasladarse a Madrid, convenciendo antes al padre de que su hijo Manu merecía una oportunidad en el mundo de los cómicos. La familia Arias era de carácter obrero, vivían modestamente añorando su hogar leonés, y tardaron doce años en disponer de un aparato de televisión. Manu se echó novia, entre varias chicas que se sentían atraídas por su innegable atractivo: Ana Gorostiza Zarasqueta. Su relación duraría entre 1973 y 1977. Interrumpida por la muerte de ella en accidente, lo que dejó muy deprimido al galán. Ya vivía éste en Madrid. Malamente porque no disponía de dinero, dormía en la estación del metro de Gran Vía y no pudo inscribirse en la Escuela de Arte Dramático, al no disponer de la titulación que le exigían. Sus estudios, eran mínimos. Manu, el futuro Imanol, logró colarse en algunas clases, en calidad de "oyente". Consiguió que lo admitieran como figurante en el teatro de la Zarzuela, donde le pagaban cuatrocientas pesetas por aquello que en el gremio se llama "portar la lanza" o servir un café en escena, sin decir "ni mu".

Conforme iba pasito a pasito abriéndose paso había conocido a una actriz, luego profesora de teatro, Socorro Anadón, que fue su primera esposa. Boda civil. Deprisa y corriendo, y no por ninguna razón especial. Al punto de que cuando llegaron los pocos familiares invitados a la boda, ya los habían casado. Invitados que como agradecimiento fueron a ver la función en la que intervenían los novios en el teatro María Guerrero. Más tarde celebraron las nupcias en el pub Oliver, propiedad de Adolfo Marsillach y el cronista Jorge Fiestas. La pareja se mantuvo hasta 1983. Tres años en los que Imanol Arias no pudo resistirse a los encantos de varias señoras de buen ver. Luego llegó Pastora Vega en 1984, pero ya Imanol no quiso repetir boda, escarmentado con la primera. Bajo su faz de aspecto serio, a veces circunspecto, a veces sonriente melifluo, se esconde un donjuán de muchos quilates. El padre de Pastora, descendiente de legendarios gitanos, advirtió al actor: "Nada de bromas con mi hija. Sólo las justas". Ella venía de un matrimonio roto. Así es que se pusieron de acuerdo para no visitar juzgado alguno que sellara su convivencia, larga, felizmente duradera en el transcurso de la cuál tuvieron sus hijos Jon, ya mentado, y Daniel, que vino al mundo catorce años después que aquél, en 2001. En 2009 dieron la sorpresa con su separación, manteniendo ambos su soltería. Hoy, Pastora está encantada de vivir al lado del extraordinario actor argentino Darío Grandinetti, en tanto Imanol Arias, que había conocido a Irene Meritxell en 2010 y rompió en 2016, reanudó sus relaciones en 2017, hasta casarse a finales de año. Hoy están como "en luna de miel". Hasta él le proporcionó trabajo técnico como fotógrafo en la serie Cuéntame. Superados sus compromisos con el Fisco tras comprometerse a pagar puntualmente deudas y sus correspondientes intereses, Imanol Arias prosigue su carrera, ahora embarcado en el teatro y de nuevo en Cuéntame que, al paso que va "nos enterrará" a todos.

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