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Joan Collins cumple 85 años: cinco matrimonios y una vida excitante

Ha de ser considerada como una de las mujeres más “sexys” de su generación, con un cutis y un cuerpo admirables.

Ha de ser considerada como una de las mujeres más “sexys” de su generación, con un cutis y un cuerpo admirables.
Joan Collins | Cordon Press

Cuando una actriz llega a los 85 años y todavía continúa en activo y prepara su próximo regreso en una serie de televisión creemos ya es de por sí algo noticiable, habida cuenta de que ni en los Estados Unidos ni en la mayoría de los países se ofrecen ya papeles a damas que alcanzan tan considerable edad. Pero Joan Collins parece ser un caso especial. De momento, este miércoles es cuando festeja su cumpleaños. Nació el 23 de mayo de 1933 en Paddington, cerca de Londres, en el hogar de un agente teatral y una bailarina. Su actividad artística la inició en 1951 y cuatro años más tarde la continuaría en los Estados Unidos, que es donde ha desarrollado prácticamente su carrera, al punto de que si se cita su nombre suele creerse que es norteamericana. Su popularidad está más asociada a la televisión que a la gran pantalla. Sobre todo desde que interpretó desde 1981 a 1989 el papel de Alexis Carrington en la serie Dinastía, que fue un éxito mundial y ella quedó retratada por su personaje como una malvada de aúpa, que únicamente podría ser comparada con otra villana de la "tele", Ángela Channing de Falcon Crest.

Pero, sin duda, además de ese estereotipo, Joan Collins ha de ser considerada como una de las mujeres más "sexys" de su generación, con un cutis y un cuerpo admirables. Del cine podemos recordar en sus primeras incursiones Lady Godiva rides again, La muchacha del trapecio rojo, Un marido en apuros y El favorito de la reina, frente a frente a otra de las grandes villanas del Séptimo Arte, Bette Davis. Y ya mucho después, rodó Bitch. Pero, insistimos, es en la pequeña pantalla donde su figura es conocida en muchos países ya que intervino en infinidad de series populares, bien en colaboraciones o en papeles de mayor duración, a saber, entre otros de una larga lista: El Virginiano, Starsky y Hutch, Vacaciones en el mar, El agente de Cipol, Misión imposible, Los persuasores

No ha rehuido nunca el teatro y amén de sus sesenta filmes y un sinfín de apariciones televisivas tiene en su biografía algunos destacados estrenos escénicos, de los últimos uno singular que llevó a Londres y luego de gira por los Estados Unidos: "Una velada con Joan Collins". Otra actividad complementaria es su faceta de escritora, como lo es su hermana, Jackie, autora de "best-sellers". En el caso de Joan Collins se evalúa que ha vendido alrededor de cincuenta millones de ejemplares de sus novelas y libro de memorias.

Pero sin duda interesa contarles el lado íntimo de la actriz, que a lo largo de su excitante vida ha tenido amantes muy conocidos, entre los que no podía faltar el inefable Warren Beatty. Antes que él Harry Belafonte y Frank Sinatra la amaron en la cama también. Y el inestable Ryan O´Neal es otro que gozó de su compañía. Como no se trata de ir contando cuántos galanes más compartieron con Joan Collins temporadas de explosiva pasión, pasemos a hacer memoria de sus maridos, cinco en total. El primero de ellos llamado Maxwell Reed, con quien convivió desde 1952 a 1957. El segundo de sus esposos, Anthony Newley, le duró más: ocho años a contar desde 1963, que alumbraron dos varones, uno, Sacha, pintor que cumple medio siglo, que ha definido a su madre en un libro autobiográfico como "una malvada narcisista". Si él lo dice… Sigamos con la relación nupcial, pues se casó por tercera vez con un galán muy atractivo, con el que la saludamos en un par de ocasiones, de nombre Ronald S. Kass, y al que familiarmente lo trataba como Ron. Fueron marido y mujer entre 1972 y 1984, padres de una niña. Después, llegó a su vida el conocido Peter Holm, al que no soportó más que un año desde su boda en 1986. Y ya el que más tiempo está a su lado, Percy Gibson, a partir de 2002. Con el que por ahora continúa unida felizmente.

Le gusta a Joan Collins ir siempre muy elegante, con exclusivos modelos. No escatima a la hora de lucir fastuosas joyas, preferentemente diamantes. Ha sido modelo en "spots" para revistas y televisiones, anunciando cremas y productos de belleza. Y aunque en los últimos tiempos sus trabajos ya fueran más retardados, ha venido siendo periódicamente invitada a programas de televisión, por lo que su nombre no ha perdido del todo relevancia. Mucho más desde que la Reina Isabel II la favoreciera con el título de Dama de la Orden del Imperio Británico.

Conocí, como apuntaba líneas arriba, a Joan Collins en un par de eventos: la elección de Miss Mundo en el Albert Hall londinense, y en 1975 durante el Musical Mallorca, al que había sido invitada. Me contó que ella y Ron, su marido, veraneaban en Marbella, donde disponían de un chalé. Le pregunté que si se consideraba una estrella: "¡Oh, no –me respondió-¡ Estrellas ya quedan pocas. Yo quiero que se me recuerde como actriz".

Y en ello sigue, cuando espera una nueva serie de televisión donde continuar luciendo sus encantos. Los de una mujer de ochenta y cinco años que, tiempo atrás, no vaciló en aparecer desnuda en sus películas en varias ocasiones. Podía hacerlo con el beneplácito de sus admiradores y tal vez la envidia de muchas féminas.

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