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Cómo Laura del Sol huyó de un jeque árabe que la quería para su harén

La “Carmen” de Carlos Saura, Laura del Sol, vive en París con su pareja, el director francés Antoine Perset.

Transcurría 1983 cuando se estrenó una hermosa película de Carlos Saura: su versión cinematográfica de la ópera de George Bizet, tantas veces llevada a los escenarios y las pantallas, Carmen. Convocó el realizador aragonés el oportuno "casting", del que salió elegida una joven de veintiún años, absolutamente desconocida en el cine: Laura Escofet Arce. Bailarina en la compañía de sus padres, "Antología", Mario y María del Sol. El apellido artístico de su madre le sirvió a ella para su carrera, convirtiéndose en Laura del Sol.

Había nacido en Barcelona el 27 de diciembre de 1961. En el colegio donde cursaba sus estudios básicos estaba a disgusto, acordándose de sus padres, constantemente de gira, conociendo mundo con sus representaciones de baile español. Ella quería imitarlos. Me confesó cuando la conocí: "Estaba hasta el moño de aquel colegio de monjas, así es que me escapé, decidiendo ser bailarora". Con el ballet familiar recorrió un montón de países.

Tenía Laura del Sol dieciséis años cuando actuando en un país árabe un rico jeque quiso incorporarla a su harén, proponiéndole matrimonio. Al jeque se le hacían los ojos chiribitas encandilado al verla bailar con un cuerpo grácil, estampa de mujer bravía, de belleza muy española. Y no hacía nada más que incitarla todas las noches que iba a contemplar su espectáculo para hacerla suya. No tuvo más remedio la bailaora que poner los pies en polvorosa y salir huyendo pues aquel enloquecido jeque estaba dispuesto a todo con tal de conseguirla.

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En la película Carmen | Cordon Press

Cinco años más tarde, alguien que ella no quiso decirme quién –puede que fuera ella misma o sus padres- acudieron a una convocatoria anunciada en prensa del productor de cine Emiliano Piedra, reputado empresario que entre otros éxitos había conseguido financiar una complicada película de Orson Welles, Campanadas a medianoche, por la que casi aquel estuvo a punto de arruinarse. Esta vez había proyectado una versión moderna del mito de Carmen, que partió antes de convertirse en ópera de una novelita del hispanófilo francés Próspero Merimée. Necesitaba Piedra una mujer joven, arrebatadora. Y, de acuerdo con Carlos Saura eligieron a Laura del Sol, con Antonio Gades dándole la réplica, asimismo responsable de la coreografía. Película de éxito internacional. No supo entonces Laura que productor y director la eligieron tras haberle fallado una estrella de campanillas, cuyo nombre ninguno de los dos quisieron desvelar.

El caso es que Laura del Sol, principiante sin idea alguna de ser actriz, se vio de la noche a la mañana catapultada a las pantallas cinematográficas con el marbete de figura, sin serlo aún. No defraudó a nadie: fue una "Carmen" maravillosa. Carlos Saura la tuvo a sus órdenes en Los zancos, un traspiés del maño, quien se desquitó cuando la tuvo otra vez de protagonista en otra versión de un drama y ballet musicado por Manuel de Falla, en su día con destino a Pastora Imperio. Otro reconocimiento en el cine internacional para Saura y Piedra. Y además, en adelante, Laura del Sol ya fue asidua en el cine español, rodando entre otras cintas: El viaje a ninguna parte, de Fernán-Gómez; Las bicicletas son para el verano, de Jaime Chávarri; El rey pasmado, de Imanol Uribe y, fuera de nuestras fronteras, también además de otros títulos, The hit, junto a John Hurt y Terence Stamp, dirigidos por Stephen Frears, y El difunto Matías Pascal, junto a Marcello Mastroianni encabezando el reparto, y realización de Mario Monicelli.

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Bailando en la película Carmen | Cordon Press

Laura del Sol estuvo ligada sentimentalmente cierto tiempo con un hijo de Carlos Saura, llamado como él, con quien tuvo un hijo. Ocupaban una vivienda en pleno Rastro madrileño. Mantendría un romance breve con José Sacristán. Y un día, dejó a Saura jr. y cambió de vida. Terminó en París, donde en 1991 rodó La nuit de l´ocean, dirigida por Antoine Perset. Se enamoraron y desde entonces viven juntos en la capital francesa. Fruto de esta relación son padres de dos hijos. Perset tiene actualmente sesenta y dos años, seis más que ella.

La vida hogareña, el cuidado de su prole, fue causa del abandono paulatino del cine de Laura del Sol, de la que sólo tenemos constancia de su último filme, Furia, fechado en 2002. Pero dada la profesión de su pareja, Laura lo ayuda en sus cometidos cinematográficos. Uno que nos atañe es el festival Dofferent, cuya edición este año tendrá lugar en París desde el 14 al 21 de junio. Una semana en el transcurso de la cuál se exhibirán, como en otras ocasiones, quinces películas españolas no estrenadas aún en Francia. Como se ve trabajo que vincula a Laura del Sol con el cine de nuestro país.

Aparte de ello, Laura del Sol es una mujer muy comprometida con el feminismo. De manera puramente casual contemplamos pocas semanas atrás un reportaje emitido por Televisión Española donde se la veía con su frondosa cabellera, junto a otras activistas durante una protesta a favor de la mujer celebrada en el pasado 11 de marzo. Y aunque Laura del Sol persiste en que no ha dicho adiós del todo a rodar en España, lo cierto es que, por el momento, su vida está centrada en París al lado de su familia.

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