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La mujer española de Zidane, otro posible motivo de su dimisión

El exentrenador del Real Madrid quiere dedicarse por completo a su mujer Verónique y sus cuatro hijos Enzo, Théo, Élyaz y Luca.

El exentrenador del Real Madrid quiere dedicarse por completo a su mujer Verónique y sus cuatro hijos Enzo, Théo, Élyaz y Luca.
Zinedine Zidane y Véronique Lentisco-Fernández | Cordon Press

Este jueves parecía que ninguna noticia podría eclipsar la moción de censura a Rajoy, pero para sorpresa de todos, Zinedine Zidane decidía decir adiós al Real Madrid tras tres años. Un tiempo en el que el entrenador ha ganados tres copas de Europa y una Liga. Aunque ahora su futuro profesional está en el aire, lo que es seguro es que contará con el apoyo de Véronique Lentisco-Fernández y sus cuatro hijos Enzo, Théo, Élyaz y Luca. De hecho, todo parece indicar que el entrenador quiere pasar más tiempo con ellos y ese sería uno de los motivos de su dimisión.

Una historia de amor que se remonta 30 años atrás. La pareja se conoció en una discoteca en el año 1989 cuando él tenía 17 años y ella 19. Una amor a primera vista que se formalizó con un enlace matrimonial en el año 1994 en Burdeos. "Entre nosotros fue amor a primera vista, supe que era el hombre de mi vida y el padre de mis hijos", dijo ella en una de las pocas entrevistas que ha dado.

Ambos son hijos de inmigrantes que se marcharon de su país para luchar por una vida mejor. Los padres de Zidane abandonaron Argelia a comienzos de los años 50, antes de la guerra, y por ello el exentrenador y sus hermanos ya nacieron en el barrio francés de La Castellane de Marsella.

Los orígenes de Verónique también son humildes. Es francesa de nacimiento pero de padres almerienses. Emigraron desde el municipio de Lubrín a Francia en los años 60, huyendo de la pobreza. El talento de Véronique para el baile hizo que la mujer de Zidane consiguiera una beca para estudiar danza clásica y moderna en París, ciudad en la que conoció al hombre de su vida. Desde que se vieron por primera vez, se volvieron inseparables.

Tal y como explicó un vecino de ambos en La Otra Crónica, Verónique: "Se levanta a las siete de la mañana, lleva a sus hijos a la escuela o al entrenamiento, luego se va al gimnasio, a hacer algún recado... Los Zidane siempre han preferido las comidas familiares a los restaurantes, donde les interrumpen a menudo. Son, si me permites, gente muy normal".

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