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Cuando Charlton Heston mordió hasta hacer sangrar a Carmen Sevilla

En el año 1973, Heston se propasó con Sevilla y recibió un sonoro bofetón a cambio. 

En el año 1973, Heston se propasó con Sevilla y recibió un sonoro bofetón a cambio. 
Sevilla y Heston | Archivo

Transcurría el año 1973 cuando en unos estudios españoles y en exteriores de nuestro país se rodaba una coproducción ambiciosa, Marco Antonio y Cleopatra. Él era Charlton Heston, el mítico galán duro de legendarias películas; ella, nuestra inefable y querida Carmen Sevilla. Tenían que filmar una escena sentimental: la de un beso, se suponía que casto, al menos por parte de nuestra compatriota. De repente, Charlton tuvo un impulso, un "subidón" o "calentón", que de ambas maneras podría llamarse. Y el norteamericano mordió el labio inferior de la "Cleopatra" sevillana, recibiendo "ipso facto" un tremendo bofetón y un grito seguido de un insulto. Ni lo primero ni lo segundo estaban en el guión. Luego, firmaron la pipa de la paz pero a Carmen le dejó el mordisco un moratón de cuidado.

Charlton Heston fue muy amigo de España, país del que se consideraba conocedor de lugares, gastronomía, personas, como Manolo Santana, con quien jugaba algunas veces al tenis. Aquí entre nosotros rodó varias películas, aparte de la citada: El Cid y 55 días en Pekín. Eran los tiempos del productor judío Samuel Bronston, que terminó arruinándose por todos aquellos alardes de sus monumentales películas. Heston procedía del estado de Illinois, donde nació en 1923. Su fama arrancó desde el estreno de Los Diez Mandamientos, donde personificó a Moisés. Pero aparte de sus interpretaciones bíblicas e históricas como Ben-Hur y La agonía y el éxtasis, en el papel de Miguel Ángel, también apareció en cintas de otra naturaleza, como Sed de mal, con Orson Welles de director, y El planeta de los simios .

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Con la duquesa de Windsor en el rodaje de 55 días en Pekín | C. Press

Su apellido artístico lo tomó de su padrastro. Resulta que sus progenitores se separaron cuando Charlton contaba sólo diez años y su madre contrajo nuevas nupcias con un tal Chester Heston. Estudiante universitario, conoció en los cursos de Arte Dramático a una jovencita llamada Lydia Charke. Trabajaron juntos como ocasionales modelos. Fueron un matrimonio dichoso y fiel durante sesenta y cuatro años. Una rareza en Hollywood, y en otras latitudes, por supuesto, donde los divorcios y separaciones son habituales. Puede que Heston la engañara algunas veces, pero no tenemos constancia de hipotéticos romances extramatrimoniales, y sí de que no se separaron a lo largo de esos seis largos decenios. A España ella la acompañó en varias ocasiones. Fueron padres de dos hijos.

Contaba Enrique Herreros hijo en su amenísimo libro de recuerdos, A mi manera, que Charlton Heston tenía justa fama de avaro (en lo que anecdóticamente también se distinguía el afamado relaciones públicas, abogado y periodista). Un tacaño que podía competir asimismo con José Luis López Vázquez y algún otro, ávidos defensores de sus billeteras y hasta portamonedas. Heston se llevaba a casa troncos de madera del rodaje para mantener su chimenea bien encendida. Ganando millones, ¿por qué se comportaba así, más agarrado que un chotis? Y si invitaba a comer, procuraba que la cuenta la pagara otro comensal.

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Presidió en los Estados Unidos la Asociación Nacional del Rifle, lo que le hizo ganar muchos enemigos. Defendía ese derecho de todo ciudadano a tener armas propias en su casa. Eso sí, sabiéndolas usar en momentos muy señalados, si la vida del portador de ellas estaba en juego. Discutible desde luego ese criterio cuando tantos asesinatos se producen por personas indeseables en Norteamérica. Trabajador incansable, murió víctima de neumonía y leucemia el 5 de abril de 2008, hace diez años por lo tanto.

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