El pasado mes de marzo, Raquel y Bibiana Rodríguez, más conocidas como las Mellis, ganaron su pulso judicial con Isabel Pantoja. La tonadillera les había demandado por un supuesto delito contra su honor y su intimidad a raíz de unas declaraciones de las hermanas en Sálvame Deluxe donde aseguraron que habían escuchado amenazas de la cantante a su entonces niñera.
Aunque en aquella ocasión salieron indemnes, esta vez no han tenido tanta suerte. Según desveló este miércoles la periodista de esRadio Beatriz Cortázaz en El programa de Ana Rosa, Raquel y Bibi tendrán que pagar a Kiko Rivera 45.000 euros. Las Mellis acusaron al Dj de un delito de amenazas y afirmaron en Socialité que había sido infiel a su esposa Irene Rosales. Cynthia Ruiz, abogada especializada en derecho al honor y a la intimidad, ha sido la encargada de llevar el caso. Según Cortázar también tendrán que pagar las costas judiciales. La resolución judicial admite recurso, opción que muy probablemente elegirán las artistas.
De momento, Kiko e Irene no se han pronunciado y han celebrado su triunfo en los juzgados visitando la Feria de Sevilla. El hijo de Isabel Pantoja publicó una fotografía en su Instagram en la que aparece feliz junto a su esposa: "Tarde de toros… noche de feria?", escribió junto a la imagen. Por su parte, Irene Rosales también ha posado muy elegante frente a la cámara y ha compartido la fotografía en su perfil en la red social.
Atraviesan un complicado momento profesional
Las Mellis están atravesando un gran bache profesional que conlleva problemas económicos y a los que se suman dificultades en casa por la salud de su madre. Durante estos días, Sálvame se marcó un objetivo: relanzar la carrera de estas cantantes. Para ello se han puesto en manos de un productor y una profesora de canto con los que intentarán lanzar un éxito musical para el verano.
Las hermanas culparon a Anabel Pantoja del declive profesional que han sufrido en los últimos años: "Ella nos acusó de ser las topas de Cantora. Nadie quiere contratar en sus fiestas a dos topas. Nos ha hecho mucho daño. No nos contratan", dijeron entre lágrimas. Según ellas mismas declararon, han vivido en casa de sus padres hasta hace apenas un año y, conforme ganaban dinero, lo entregaban en casa. Las hermanas nunca se han preocupado de su economía, ni siquiera saben cuánto han ganado a lo largo de estos años.