Miki Nadal y Carola Escámez volvieron a verse las caras este martes en el Juzgado de Violencia contra la Mujer de Madrid. Un incómodo momento que se tenía que producir ya que el humorista recurrió la sentencia que le condenó por un delito leve de vejaciones contra su exmujer y que le obligaba a cumplir trabajos para la comunidad.
Cuando estaban a punto de cumplir cinco años de casados, la pareja puso punto final a su matrimonio. El cómico de Zapeando abandonó el domicilio familiar donde vivía con Carola y su hija Carmela para instalarse en una apartamento en la zona norte de la capital. Desde entonces, Nadal se ha apoyado en su trabajo y amigos, entre ellos sus excompañeros en televisión Patricia Conde y Ángel Martín.
El divorcio de Miki y Carola es definitivo después de luchar durante años contra problemas familiares y dramáticos reveses. Hace tres años intentaron aumentar la familia, un plan que se truncó en enero de 2017 cuando la pareja perdió al segundo bebé que esperaban por culpa de un embarazo ectópico.
Los problemas de Nadal con su exsuegra tampoco ayudaron. En una conversación con ABC, llegó a decir "si queréis saber algo de mi divorcio preguntadle a mi suegra". Fue en 2018 cuando Miki y Carola fueron denunciados por Carmen, madre de ella, que aseguraba que no le dejaban ver a su nieta Carmela. Nadal tuvo que pasar por los juzgados debido a la demanda que le interpuso la madre de Carola amparándose en la Ley de los Derechos del Abuelo, aprobada en 2003. Un enfrentamiento que se remonta a agosto de 2017 cuando Nadal rompió relaciones con su familia política tras una complicada discusión.
