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Rocío Flores fue condenada por "maltrato continuado" a Rocío Carrasco

La sentencia judicial que condenó a Rocío Flores ofrece detalles de la discusión que acabó con la relación de madre e hija.

La sentencia judicial que condenó a Rocío Flores ofrece detalles de la discusión que acabó con la relación de madre e hija.
Rocío Flores | Gtres

El portal Vanitatis sigue abundando en lo sucedido el día de la triste bronca entre Rocío Flores, recién llegada a la isla de Supervivientes, y su madre Rocío Carrasco en el año 2012 y que fue visto para sentencia al año siguiente, el 4 de marzo de 2013. Un fallo que ordenó la separación física temporal entre ambas mujeres por una "falta continuada de amenazas y falta continuada de injurias" por parte de la niña... pero no de la madre.

Tras la pelea originada por una pieza de fruta que provocó que Rocío Carrasco acabase por dos veces en el suelo, y la huida al colegio de la joven que entonces tenía apenas 15 años, ésta recaló en el colegio Santa Helena de La Moraleja, donde Rocío Flores informó a los profesores de los hechos ocurridos en su casa.

Allí, los responsables del centro se negaron, como anteriormente lo hizo el chófer, a llevar a Rocío al hospital y luego a la Guardia Civil, tal y como ella misma les requirió, por no apreciar lesiones. Razón por la cual, posteriormente apareció una pareja, A.M.P. y P.M.T., que resultaron ser amigos del padre de la niña que se presentaron allí a petición de él, Antonio David Flores.

Los responsables del colegio se negaron a que Rocío se fuera con esas dos personas si no se trataba de sus progenitores, pero la joven finalmente consiguió marcharse.

Posteriormente, Antonio David Flores declaró al juez que se puso en contacto con A.M.P. y P.M.T. para recoger a su hija. Posteriormente, ésta pareja declararía al juez que Rocío "olía a fruta, concretamente a nectarina, y tenía señales de dicha fruta por el pelo y todo el cuerpo". Los profesores de Rocío contradicen estar versión y aseguran que no había restos de fruta en el pelo de la joven, ni tampoco unos "arañazos" en las piernas, lo que llevó a la juez a desestimar el testimonio de esta pareja.

Ya acompañada de su padre, Rocío Flores acudió al cuartel de la Guardia Civil para denunciar a su madre por un presunto delito de malos tratos.

Quien sí fue al hospital aquel día fue Rocío Carrasco. El conductor que se negó a llevar a su hija al centro hospitalario manifestó más tarde "que esta iba cojeando, pudiendo observar un enrojecimiento en un lado de la frente" y algunas otras lesiones leves, todas incluidas en la sentencia y el parte médico.

Todo derivaría finalmente en la condena de 2013 a Rocío Flores por "un delito de maltrato" contra Rocío Carrasco, añadiendo además el importante factor de "delito de maltrato habitual", que la magistrada cifra en aproximadamente tres años.

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